El que no sabe es ignorante, el que sabe y guarda silencio es cómplice. Y Gerardo (Xerardo, como lo llaman sus numerosos amigos gallegos) Moscoso sabe y no calla, ni cuando en los setenta tuvo que huir de Pontevedra, en donde ejercía como médico, después de una brutal paliza y de que lo amenazasen de muerte "por rojo y maricón" sino que volvió a su país para situarse entre los grandes de la escena latinoamericana y para arrimar el hombro en la construcción de un nuevo México. Actor reconocido de filmes como Desperado, Cronos o Los Crímenes del Padre Amaro, lidera en el estado de Coahuila un proyecto teatral que desafía a la violencia y a la pobreza. ¿O acaso no es labor de la cultura edificar aún cuando estemos a un paso del derrumbe?

—El teatro que usted dirige está situado precisamente en la línea de fuego, la zona central de enfrentamiento, de los principales carteles mexicanos...

—Exactamente.

—¿Cómo es hoy la vida diaria de un ciudadano en ese espacio geográfico? ¿Cómo ha afectado la llamada "guerra del narco" al tejido social?

—No todo el país obviamente está en esta situación pero una gran parte sí. La comarca lagunera que es en donde yo resido abarca dos estados, Durango y Coahuila, y la comarca de La Laguna es un frente de batalla de tres cárteles de la droga, se supone. Desde hace unos dos años el tejido social se ha ido descomponiendo progresivamente hasta que llegamos a acostumbrarnos a los tiroteos, a las muertes, las ejecuciones, los secuestros, que son ahora nuestra codidianeidad en esa zona. Coahuila es el único foco rojo de violencia exacerbada que hay en el país.

—A pesar de todo, lo cierto es que la población desafía al miedo para asistir a sus representaciones.

—(Risas) Bueno, parte de la población, ojalá fuese toda pero es cierto que una parte de la población asiste al teatro Salvador Novo, que hay que recordar que es un teatro que entra dentro del proyecto social del gobernador Humberto Moreira y nos hemos negado a cerrar las puertas del teatro a pesar de que estamos en la linea de fuego, a pesar de que constantemente escuchamos las ráfagas de metralleta: nos hemos negado a cerrar el espacio y dárselo a la violencia. Y le digo esto porque por ejemplo el museo de la ciudad fue ocupado por el ejército y ahora es un cuartel, pero si uno cede los pocos espacios que quedan para contrarrestar eso ¿qué nos queda?

—Ha citado el caso de Humberto Moreira y se sabe poco que el principal proyecto social de México lo lidera una familia de origen gallego...

—Es efectivamente el gran proyecto social de México, la familia Moreira que procede de esta tierra lleva muchas generaciones ya radicada en Coahuila, es una familia de profesores (la madre del gobernador, los hermanos, él mismo) y son gente comprometida con el entorno social desde hace muchas décadas, las cosas no surgen por casualidad. Y que tengamos un gobernador que representa la parte más brillante del PRI (Partido Revolucionario Institucional) que sea el relevo con una izquierda humanista, ahí podríamos decir que se le llamaría socialdemocracia, que ya decirlo es como avanzar en un país donde tenemos a la Iglesia metida no tanto como aquí pero sí en los asuntos de la política nacional; tener ese gobierno con medidas que benefician a la gente, al pueblo, y formar parte de ese proyecto social es toda una satisfacción y un honor trabajar con ellos. Es un orgullo que quien lidera el principal proyecto social de México tenga raíces gallegas.

—No solo dirige usted un teatro sino también un singular grupo teatral, formado por labradores, jóvenes y obreros, ¿qué es La Gaviota?

—La Gaviota aún surje en un pueblo mucho más fastidiado que Torreón, donde yo vivo, en un pueblo castigado primero por la emigración hacia el norte, hacia Texas, el estado con el que hacemos frontera, y además fue mucho tiempo uno de los picaderos de heroína más grande del país. Todo ello mermó muchísimo las posibilidades de que se gestase no sólo un movimiento cultural sino social que afrontase las condiciones tan tremendas en las que vive la población. Y si le sumamos a eso la crisis del algodón, porque en esa zona se cultiva algodón, la decadencia y la falta de compromiso de antiguas administraciones dio como resultado una población muy castigada. Pues dentro de ella salió un grupo tras una convocatoria que realicé de dar clases de teatro, que es lo que hago: dar clases de teatro. Y ese grupo, que era inicialmente muy numeroso, se fue conformando a base de disciplina, porque hay filtros para quien piensa que el teatro es solo una aventura emocionante (risas) o de situaciones fuertes, comprobaron que en realidad el teatro no es el basurero de las ocurrencias de un grupo de actores o de un director y ellos mismos empezaron a seleccionarse muchos de ellos. Y lo que quedó es La Gaviota, un grupo de personas, en su mayoría jóvenes, extremadamente comprometidos con su trabajo y con el entorno social, porque de hecho ahorita algunos de ellos ya están formando otros grupos de teatro en escuelas técnicas, después de llevar diez años conmigo trabajando.

—Y ahora trabajan en una coproducción con reconocidos actores mexicanos.

—Es un proyecto muy importante, será en la ciudad de México DF con actores profesionales, y con nosotros, los integrantes de La Gaviota, que en realidad somos semiprofesionales. Consiste en el montaje de una obra de Tennessee Williams con estrellas de la televisión y frente a ellos estos de La Gaviota que vienen del rancho (risas) para hacer entre todos una experiencia creativa que creo que va a ser muy interesante.