Un funcionario de Mercados vuelve a visitar a las vendedoras de hortalizas instaladas en la Avenida de Compostela, para repetirles, una vez más, que no pueden ejercer esa actividad sin licencia. Además –les insiste– el Concello ha fijado el sábado como día de ferias y mercadillos en toda la ciudad, por lo que no pueden vender en la vía pública cuando ellas quieran. Todo ello al margen de que hace ya mucho tiempo que el mercado de abastos ha abandonado esta zona y que la calle en la que tratan de acomodarse está en obras.

"No se vende un grelo, ¿cómo voy a pagarle al ayuntamiento por estar aquí, en la calle, que no molesto a nadie", le responde una veterana verdulera. "Si no vende nada y no saca ni para pagar las tasas, ¿para qué se pone aquí, al frío?", pregunta con buena lógica el funcionario. "Pues filliño, porque prefiero sentarme aquí a vender cuatro manojos, que tener que pagarle al psicólogo", le espeta la octogenaria.

Ante razonamientos como éste, al Concello no le queda más remedio que hacer la vista gorda y permitir a estas veteranas vendedoras de hortalizas que sigan ejerciendo, de forma alegal, en una calle "levantada" por las obras, por la que ya solo transitan los estudiantes que acuden a la Xunqueira, y de la que hace seis años ha desaparecido el mercado provisional (motivo por el que se instalaron en esta zona). Las verduleras de la Avenida de Compostela son las venden hortalizas "de plantar", no las de consumo directo. Las mismas que hace ocho años abandonaron la Praza da Verdura, expulsadas por la remodelación de este espacio público.

A pocos metros de ellas, tras el pabellón de deportes, se han instalado últimamente otros vendedores igualmente "ilegales", aunque mucho más profesionales. Son mayoristas, procedentes de municipios limítrofes, que ejercen la venta sin autorización municipal y que empiezan a ser vigilados de cerca por la Policía Local. La concejalía de Ferias y Mercados se ha propuesto erradicar esta actividad "clandestina".

Un tercer grupo de vendedores de hortalizas, que sí cuentan con todos los permisos legales, se han asentado desde hace tres semanas en la calle Sierra, ante el Mercado de Abastos. Son las que venían ejerciendo esta actividad en la planta alta de la Plaza, pero que han sido trasladadas a la calle por el Concello, para hacer unas reformas en el inmueble. Las vendedoras se declaran satisfechas con el cambio, ya que en la calle "hay más movimiento de gente", explican, además de que "hay muchas personas mayores que ya no venían porque no suben las escaleras", apunta una vendedora. Pertenecen al sector de venta de Productos del Rural en el Mercado y que estarán en la calle Sierra cada sábado, "mientras la cosa funcione", dicen.