El tráfico en la carretera de Vilagarcía a Pontevedra va a ser reordenado en próximos días para permitir las obras del macroenlace de Curro, pues se incluye un desvío de más de un kilómetro que afecta a la PO-531, la de mayor intensidad de toda la red autonómica.

La empresa ha diseñado un complejo plan de tráfico que permitirá una correcta coordinación entre la ejecución de la obra y el mantenimiento de la circulación afectados.

Se trata, en definitiva de desviar tráficos por zonas ya ejecutadas con el propósito de pasar a actuar sobre las zonas en las que en fases anteriores se disponía el paso.

La UTE Puentes y Calzadas–Copasa indica que se han terminado las labores previstas durante la fase primera de las obras por lo que en estos momentos se están llevando a cabo los trabajos para la ejecución de los desvíos en la PO–531 y en la Autovía do Salnés que posibiliten el inicio de la segunda fase.

Para ello se comenzarán a aglomerar la semana próxima los nuevos ejes de la carretera PO–531 (en toral unos mil metros) y se iniciarán durante esa misma semana los trabajos en la Autovía do Salnés destinados a desviar el tráfico en un carril por sentido en los primeros mil metros de la citada infraestructura.

Según estas previsiones, a partir de la semana del 13 de octubre se finalizan los trabajos para la disposición de estos desvíos y comienza la segunda fase de esta compleja obra.

También está previsto que a lo largo de la próxima semana den comienzo los trabajos de señalización y balizamiento de los nuevos ejes construidos de la PO–531. Para ello, en total será necesario disponer de aproximadamente unos 500 metros lineales de barrera de seguridad metálica.

A lo largo de la ejecución de las obras también se ha ido avanzando en las labores destinadas a la ordenación ecológica, estética y paisajística, y al mantenimiento de la seguridad y salud en los trabajos, realizados, exponen en el informe.

El proyecto establece tres fases, la primera de las cuales ya ha sido completada y en la que únicamente se realizó un pequeño desvío en la Autovía do Salnés que permitirá la ejecución parcial de una de las nuevas estructuras a disponer y que consiste en el desarrollo del nuevo eje de la carretera PO–531 de modo que permita el desvío de este tráfico y ocupar la zona por la que en la actualidad discurre esta carretera.

En la fase segunda comienzan los trabajos sobre la Autovía do Salnés. Además, al inicio de esta fase se realiza el desvío de los tráficos de la PO–531 sobre los nuevos ejes ya ejecutados en la primera. El principal objetivo de esta fase consiste en ejecutar el nuevo eje de O Salnés y el ramal circular para el intercambio de tráficos con la PO–531.

La última fase comenzará una vez que se puedan desviar los tráficos por la nueva AG–4.1 y por el intercambiador con la PO–531. Con estos ejes se permitirá una total conexión de todos los tráficos implicados, de modo que la empresa podrá comenzar a demoler el enlace existente en la actualidad, y la calzada de la AG–4.1 por la que se dispuso el tráfico durante la fase II. En este momento se pasa por lo tanto a actuar sobre la nueva autovía Curro–Baión, ya que ésta se dispondrá sobre el enlace actual.

Demoliciones y drenajes

Además del tráfico, de la magnitud de la obra también da idea el conjunto de demoliciones y servicios que tienen que ejecutarse.

Según se expone en el informe de la empresa, para la realización de las obras es necesario ejecutar una excavación total de materiales de 1.713.910,39 metros cúbicos y un terraplenado de 1.065.952,60 metros cúbicos.

Una parte importante de los materiales a excavar requerirán la utilización de explosivos para posibilitar su arranque y torura. Será necesario emplear voladuras controladas en la mayor parte de la obra ante la existencia en zonas contiguas de viviendas, vías de comunicación, líneas eléctricas y zonas industriales.

También son importantes los drenajes, tanto longitudinales como transversales.

En el longitudinal se ejecutarán las obras destinadas a eliminar y conducir las aguas de los ejes de los nuevos viales del enlace. Para ello se dispondrán de varios tipos de cunetas que suman un total de 16.970 metros. En las zonas en las que la capacidad hidráulica sea sobrepasada se dispondrán colectores para la recogida y conducción de esas aguas. Se dispone así de 2.055 metros lineales de colectores bajo cuneta.

Se dispondrán asimismo de bordillos en terraplén para conducir y eliminar las aguas, que necesitarán la disposición de bajantes, En total se ejecutarán 3.541 metros de bordillo y 1.347,50 metros lineales de bajantes.

En lo que se refiere al drenaje transversal será necesario disponer de 22 nuevas obras de drenaje que permitan el cruce de los cauces existentes bajo los nuevos ejes de enlace. En total serán necesarios 821,30 metros lineales de obras con tubos de hormigón armado.