Fue conselleiro de Medio Ambiente en la Xunta bipartita que presidió su compañero de filas, Emilio Pérez Touriño. Desde su responsabilidad en el gobierno autonómico conoció, en primera persona, las dificultades de negociar un hipotético traslado de Ence. Las conversaciones, siempre negadas por la empresa, fracasaron al no aceptar la Xunta las exigencias económicas de la pastera: 500 millones de euros de compensación por una operación que no desean ni buscan. Ahora desde la oposición analiza los pasos que da el ejecutivo de Núñez Feijóo para, teóricamente, conseguir el mismo objetivo: que Ence abandone la ría de Pontevedra.

– El presidente Núñez Feijóo declaró públicamente que quiere a Ence fuera de la ría y antes de 2018 y el conselleiro Agustín Hernández que habrá novedades sobre el traslado antes de final de año ¿ es un objetivo factible?

– Creo que el gobierno gallego está manteniendo una política incoherente con el tema de Ence. Por un lado dice, de aquella manera y con la boca pequeña, que no quiere a Ence en la ría de Pontevedra pero, por otro lado, no está tomando decisiones de calado para que, por lo menos, en el año 2018 no pueda seguir en Lourizán.

– ¿Tiene información sobre cómo van las conversaciones entre la Xunta y Ence?

– Las conversaciones con Ence son una larga historia que yo viví personalmente y puedo decir que nuestro gobierno (el bipartito) intentó, sin éxito, acortar el plazo de permanencia. Entiendo que es un proceso muy difícil porque tienen un derecho adquirido hasta el 2018 pero el dato más preocupante, que demuestra la estrategia de este gobierno es la adjudicación a la empresa de una planta de biomasa en Pontevedra. Creo que existe una estrategia de querer engañar a la ciudadanía diciendo que quieren que se marche de aquí, mientras se da luz verde a proyectos de la empresa que dan a entender que quiere quedarse más tiempo. Ence deja incluso caer por ahí que tiene garantizada su actividad más allá de 2018. Pontevedra necesita que la planta de Celulosas esté dentro de ocho años fuera de la ría pero Galicia también necesita contar con una central de pasta de papel. Para que en el 2018 Ence esté fuera de la ría vamos mal de tiempo.

– ¿Cómo interpreta que Ence se retira del concurso eólico de Galicia para que no vinculen su proyecto industrial a la salida de la pastera de Lourizán?

– Mi impresión es que Ence, por las buenas, nunca se va a marchar. Exprimirá todas los cauces legales para quedarse en donde está. Por eso creo que todas las fuerzas políticas tenemos que blindar todas los potenciales caminos para que la empresa no pueda prorrogar su concesión en Lourizán. ¿Cuando me voy a creer que Ence va a abandonar la ría? Cuando vea que hace movimientos para irse a otro sitio, si la tenemos que moverla nosotros empujando es que no se quiere marchar.

– ¿Qué cree entonces que hay que hacer en esta tesitura?

– Tenemos que evidenciarle con nitidez que no queremos que siga ahí. Nosotros (el gobierno bipartito) íbamos un paso adelante, queríamos que se trasladase antes y eso cuesta dinero y fue en este punto en el que nos atascamos: reclamaban 500 millones de euros. En todo caso creo que a día de hoy no queda tiempo para ese antes. Estamos en el 2010 y para materializar un traslado de la fábrica se pueden necesitar unos cinco años por lo que nos situamos, de empezar hoy mismo, en el 2015-2016. Quedarían dos o tres años, a lo sumo, para finalizar la concesión y que se tengan que ir y ya no es rentable la operación sobre todo ante la falta de liquidez de las administraciones. Todos los gobiernos: local, autonómico y estatal tiene que blindarse para que vean con claridad, que en 2018 tienen que cerrar.

– ¿Sería justo para los gallegos compensar a una empresa por marcharse de la ría en aplicación de la ley?

– Defendí durante dos o tres años la compensación económica pero conforme pasa el tiempo y tal como están las arcas gallegas no creo que haya nada que compensar. Al final, en el mejor de los casos, vamos a acortar la permanencia dos años y la verdad se puede esperar dos más y que se marche de la ría. Entiendo a los que piden que se vaya de Lourizán ya, pero eso hay que pagarlo y es muy difícil justificar un pago de 500 millones. El tiempo de pagar, de compensar económicamente a Ence para que se vaya ya pasó. Pero si le concedes una planta de biomasa le estás abriendo nuevos derechos.

– Antes de 2018 hay otra fecha señalada en rojo en el calendario: primavera de 2011. Ustedes concedieron las autorizaciones ambientales integradas (AAI) a Ence y Elnosa por tres años ¿apoyarán su renovación?

– La autorización ambiental integrada es otro tema distintos porque si cumplen la ley hay que dárselas. Está reglado. No hay que buscar fórmulas raras lo que tenemos que asumir todos es que en el año 2018 Ence se tiene que marchar. Elnosa (la planta de cloro que comparte espacio con Ence en Lourizán) es un tema aparte porque en el 2011 tiene que presentar un plan de inversión, de renovación tecnológica. En cualquier caso creo que en el tema de Ence deberíamos focalizar el esfuerzo en garantizarle a la empresa que no va a seguir en donde está para que se convenza y dé pasos en este sentido.