Las altas temperaturas que desde el pasado fin de semana registra Pontevedra y su comarca no sólo se dejan sentir en la afluencia masiva a las playas, un repunte de las consultas en los centros de salud por deshidrataciones y otras patologías derivadas del calor, y en el aumento de las ventas de helados y ventiladores, sino que también afecta de forma notable a las reservas de agua. El Concello de Pontevedra ha decidido cerrar por completo el embalse del Pontillón, habitual fuente de abastecimiento de agua a la ciudad, para disponer de una reserva de agua de más de 1,5 hectómetros cúbicos en el caso de que la ola de calor se agrave y exista amenaza de sequía.

Así lo explicó ayer la concejala de Aguas, Celia Alonso, quien añade que desde hace aproximadamente un mes todos los vecinos de Pontevedra y de la ría, que se abastecen desde la capital, utilizan exclusivamente el agua procedente del río Lérez. "Hemos dejado en reserva el embalse del Pontillón porque si viene un mes de agosto igual a estas últimas semanas de julio pueden producirse casos de sequía y es preciso ahorrar toda el agua posible". La edil aconseja, por tanto, a la población, que evite malgastarla, pero también lanza un mensaje de tranquilidad al asegurar que "no hay peligro alguno de que se produzcan restricciones", al menos a lo largo del mes de agosto, cuando el consumo se dispara de forma espectacular no sólo en Pontevedra sino en los demás municipios de la ría, especialmente Sanxenxo, donde la población se multiplica.

El caudal actual del Lérez "es normal" pero sí se ha advertido que sus niveles de agua son bastante más bajos que los que se registraban hace un año, a finales de julio de 2009. Si el pasado año el Lérez comenzó el mes de junio con un nivel de 2,22 metros de altura de altura, al final de julio marcaba 2,19 metros, con una ligera pérdida de tres centímetros, una situación favorecida por las lluvias de aquella época, bastante por encima de lo normal. Estas precipitaciones no se han registrado hasta el momento en esta ocasión, lo que se deja sentir en el caudal del río. Así, hace apenas un mes presentaba un nivel de 2,30 metros, pero en la actualidad ya está en 1,99, es decir, 31 centímetros menos, con una pérdida diez veces superior a la de 2009, favorecida por la evaporación que causan las altas temperaturas, y por el hecho de que la totalidad del abastecimiento se realiza desde la estación de bombeo de Monte Porreiro. Esta estación, que funciona con electricidad, se mantiene apagada buena parte del año para ahorrar costes, puesto que el agua del Pontillón se traslada a la potabilizadora por gravedad, sin necesidad de bombas.