Pese al intenso y constante debate que existe entre la ciudadanía sobre el futuro de Ence en Pontevedra, son pocas las ocasiones en las que los responsables de la factoría se ponen a disposición de los medios. Ayer fue una de ellas, tocaba presentar los datos de la memoria ambiental del complejo de Lourizán, una comparecencia en la que el director de la fábrica, José Antonio Camblor, y el jefe de Medio Ambiente, Felipe González-Río, defendieron la gestión ambiental en la planta pastera que presentaron como una de las menos contaminantes de Europa. Sin embargo, una vez terminada la comparecencia, los directivos evitaron aclarar cualquier otra cuestión relativa al futuro Ence en la ría de Pontevedra y a los planes que tiene la compañía, por ejemplo, después de tramitar ante la Xunta una solicitud para instalar una planta de biomasa pese a que en 2018 se acaba la concesión que le permite continuar la actividad fabril en Lourizán. Sólo tocaba hablar de su compromiso con el medio ambiente, explicaron.

Así, Camblor señaló que se han completado prácticamente la totalidad de objetivos ambientales establecidos para 2009, "siendo el logro más relevante el mantenimiento de la mejora sustancial de la calidad del efluente líquido, alcanzándose valores inferiores al previsto de forma consistente".

Según explicaron, "la implementación de todas las acciones previstas" para mejorar el impacto ambiental de la actividad del complejo industrial permitió mejorar un 40% el valor europeo del caudal de agua depurada y un 32% su calidad, de tal forma que sitúa el efluente de la fábrica pontevedresa "como uno de los de mayor calidad del sector en Europa".

Menos consumo de oxígeno

Otros de los logros que destacó González-Río fue la reducción de los consumos de oxígeno y agua oxigenada que se utilizan en el proceso de blanqueo de la pasta de papel, en unos porcentajes de un 9,7% y de un 25%, respectivamente en cada materia prima.

La declaración ambiental también puso de manifiesto que en 2009 la fábrica de Pontevedra emitió 85.292 toneladas de dióxido de carbono, una cifra que está por debajo de las emisiones asignadas por el Estado a cada una de las factorías españolas con el objetivo de cumplir los requisitos establecidos en el protocolo de Kioto. La cantidad asignada al complejo de Lourizán fue de 129.000 toneladas. También se situaron por debajo de los límites legales las emisiones de partículas contaminantes. Esto se produce, dice González-Río, gracias a las inversiones realizadas en años precedentes, así como a la optimización de la producción energética mediante biomasa de la que se autoabastece la planta pontevedresa.. También gracias a la labor de la plantilla. Insistió en que su objetivo es depender, cada vez en menor medida, de las energías generada mediante el empleo de combustibles fósiles. Las emisiones de CO2, según esta memoria, se redujeron un 35%.

Como contrapartida a estas emisiones, la memoria recuerda que la madera que Ence consume en un año en su fábrica gallega para producir pasta de papel y energía "ha supuesto durante su crecimiento la captura anual de 2 millones de toneladas de CO2 equivalente".

Ahorro en agua

En cuanto al mejor uso de las materias primas, los directivos de Ence explicaron que la recuperación y reutilización de agua utilizada durante el proceso (como puede ser en la refrigeración) les permitió ahorrar en el consumo de este líquido.

En cuanto a los futuros planes en la ría de Pontevedra, el director de la fábrica se limitó a decir que, en el capítulo medioambiental, "todo lo que hagamos a corto, medio o largo plazo se va a hacer siguiendo esta línea de búsqueda de la excelencia".