"Es una preselección con criterios técnicos, eso no quiere decir que se vayan a concretar todas las propuestas". Con estas palabras desde la Xunta se restaba valor al anuncio publicado ayer en el Diario Oficial de Galicia (DOG) donde aparece el listado de anteproyectos admitidos para la instalación de plantas de biomasa. Una relación compuesta por doce iniciativas y en la aparece la polémica de Ence en Lourizán tras la criba de 56 solicitudes. Ésta es, además, la que recibe la mayor puntuación de todas cuantas concurren al proceso.

La propuesta de la pastera para el recinto pontevedrés está calificada con un 6,5. Es la mejor valoración de todas ellas y desde el Gobierno gallego la consideran como la "más favorable" para la gestión de la biomasa en el área geográfica que le correspondería. El procedimiento para la autorización de las futuras plantas se divide en siete zonas de aprovechamiento energético, vinculándose la de Ence a la de O Condado-Paradanta y con el máximo de los rendimientos autorizados (10.000 megavatios).

Para esta misma comarca también se han aceptado, con menor nota, otros dos anteproyectos de centrales: una en Ribadavia y otra en Ponteareas. La Xunta descartó en total 19 propuestas y deja otras 25 como anteproyectos suplentes. En el caso de las ya admitidas ahora se abre un plazo de un mes para la solicitud de autorizaciones.

Las pautas a las que se refieren las fuentes autonómicas se detallan en esta publicación en el DOG. Así el 30% de la nota tiene que ver con la proximidad de cada uno de los anteproyectos a las áreas de producción de la biomasa; otro tanto a la comunicación y acceso, un 20% a la creación de empleo, y un 10% para los denominados sistemas de control y rastreo, igual proporción con la que se tiene en cuenta la participación de productoras de biomasa forestal primaria.

La puntuación, por lo tanto, parece no tener en cuenta otros factores tales como el rechazo social que supondría la instalación de una central de biomasa en el complejo pastero ubicado a orillas de la ría. Y es que tanto colectivos ecologistas como vecinales y formaciones políticas entienden que su puesta en marcha perpetuaría a Ence en su actual emplazamiento más allá de 2018, fecha en la que vence la concesión que permite su actividad en este lugar.

El actual secretario xeral del PSdG y anterior conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, fue quien denunció públicamente el visto bueno que desde la Xunta se le daba al plan para biomasa de Ence hace aproximadamente un mes. Una aprobación de la que ayer se conocían más datos debido a que veía la luz en el DOG pero sobre la que desde el Gobierno de Galicia insisten en la misma justificación que entonces. Se reitera que la inclusión de estos 12 anteproyectos de un total de 56 solicitudes responde únicamente a la aplicación de un baremo. También insistentemente se dice que este trámite no significa que todas esas centrales se vayan a instalar "y menos aún la de Ence", aludiendo a las declaraciones de Alberto Núñez Feijóo al respecto.

"Los compromisos de la Xunta de Galicia se mantienen intactos; en el año 2018 caduca la concesión de Lourizán y en esos terrenos no pueden quedar ni fábricas de celulosas ni plantas de biomasa". Alberto Núñez Feijóo quería zanjar la "tormenta" política y social desatada cuando se conoció que la Consellería de Economía e Industria había preseleccionado el proyecto promovido por Ence para su recinto industrial de Pontevedra en el concurso gallego para la concesión de plantas de biomasa.

Difícil de amortizar

El mandatario autonómico recalcó que la Xunta se limitó a dar curso a una propuesta, la de Ence, que se ajusta a las condiciones de un decreto que "por cierto, fue hecho por el gobierno anterior". Feijóo dijo considerar como "muy difícil, por no decir imposible" que Ence llegue a construir una central energética en el complejo fabril de Lourizán porque "como saben esta concesión caduca en el año 2018 y por tanto no habría rentabilidad económica ni empresarial en poner en marcha una planta que a los pocos meses de entrar en funcionamiento tendría que cerrar".

Se trataría de una instalación energética con capacidad que supondría un desembolso inicial de 30 millones de euros. El período para su amortización sería de 20 años. Por otro lado, desde la pastera se aseguró que Pontevedra contaría con un recinto industrial "más sólido y potente" que aunaría la actividad actual con una central de biomasa. De todos modos, desde la firma se daba a entender que este complejo se emplazaría en un lugar distinto del actual al constatar una "buenísima voluntad" de la Xunta para avanzar en el traslado .