Un antiguo juego indio de tablero que reflejaba en secciones la estructura tradicional del ejército de la época (infantería, caballería, carros y elefantes) se considera el antepasado del ajedrez, que posteriormente se extendería a Persia y de ahí al mundo islámico, cuyas conquistas lo trajeron a España y en general a todo Occidente. Hace 1.500 años que fue mencionado por primera vez por los cronistas y hoy cuenta con millones de aficionados en todo el mundo, entre ellos maestros como Daniel Rivera que, más allá de los resultados deportivos, insiste en que ha de ser practicado “como una materia más que contribuye a mejorar el pensamiento de los niños y también sus valores”. El ajedrecista participó ayer en el torneo celebrado en la avenida de Santa María disputando simultáneas.

—¿Cómo se llega a maestro internacional de ajedrez?

—Son años de experiencia en el ámbito deportivo, aunque yo estoy mucho más dedicado a la tarea educativa del ajedrez, y a maestro internacional se llega tras cumplir ciertas normas en torneos internacionales y olimpiadas, hay que obtener un puntaje requerido contra determinados maestros y así lo logré.

—¿A qué edad empezó a jugar?

—A los cinco años, me enseñó mi hermano en un campamento y después jugaba con mi madre todas las noches una partida.

—¿Cuáles son las claves para ser un buen jugador?

—La clave es en primer lugar que le guste el ajedrez y entenderlo porque es un juego de pensamiento y de razonamiento. Junto con la experiencia hay que aprender que no sólo es técnica sino que influye decisivamente el razonamiento de cada persona y de este modo es como se va aprendiendo y disfrutando.

—¿Cuánto influye el arte?

—Mucho, el ajedrez tiene mucho de arte, es una mezcla de razón y arte, también hay lógica, es un pensamiento muy profundo el que encierra este juego milenario.

—¿Contribuye a incrementar las capacidades intelectuales?

—Está científicamente demostrado que sí las incrementa y de hecho en muchos países lo tienen instaurado en los colegios a nivel escolar, como materia del curriculum por todas las virtudes pedagógicas del ajedrez en la educación y por cómo contribuye al razonamiento, es un deporte mental, ejercita la mente.

—También afirman los especialistas que ayuda a que los niños aprendan valores como la paciencia, las consecuencias de los actos...

—Todo eso es cierto, por ejemplo el ajedrez es positivo para aquellos niños que son muy impacientes, también les enseña a saber perder y a reflexionar sobre qué hacer y cómo hacer las cosas, aprenden que si se apresuran al hacer algo se van a equivocar, en el ajedrez y en general en la vida, les ayuda a darse cuenta de que hay que reflexionar sobre nuestras acciones, es una de las facetas del ajedrez, les enseña a pensar lo que hacen y en lo que te han hecho, observar, diseñar un plan y tomar decisiones en consecuencia.

—Es usted récord español en simultáneas...

—Si, aquí en Pontevedra el 26 y 27 de diciembre logramos dos récords nacionales, yo hice el récord a nivel nacional después de casi nueve horas de jugar sin parar contra 201 jugadores, el 80% de ellos federados. Y también está hoy aquí en esta actividad en Santa María Ramón Escudeiro Tilve, que es pentacampeón juvenil de la Once y fue medalla de bronce en el Mundial Juvenil de hace tres años. Actualmente es el quinto en el ranking nacional de la Once, es un chico que también ostenta un récord contra veinte tableros, es una persona invidente y logró un porcentaje nunca obtenido hasta entonces.

—¿Hay un buen nivel en el ajedrez de Pontevedra?

—Pontevedra tiene un buen nivel, sobre todo por la Escuela de Xadrez y también por iniciativas como esta en la que nos apoyan mucho los vecinos de Santa María y que nos ayuda a ir paso a paso: como ve aquí hay muchos niños, cada vez más llegamos a los colegios, tenemos ya muchos equipos compitiendo a nivel de Galicia (en primera, en cuarta, con integrantes de distintas edades...) y eso es realmente lo que más nos interesa: que el ajedrez se conozca realmente y para nosotros lo principal no son los resultados deportivos sino aprovechar las potencialidades del ajedrez como materia educativa y que se practique de forma generalizada.