Un año después de ponerse en marcha la delegación territorial de la Xunta en Pontevedra, en paralelo a la de nueva creación de Vigo, el reparto de la provincia en dos oficinas autonómicas ha demostrado ser "unha estrutura arriscada que está funcionando", afirmó el presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, que ayer visitó la "superdelegación" pontevedresa. Esta oficina ha disminuido en doce el número de altos cargos autonómicos –ya que se pasó de 13 delegados provinciales en la capital a uno–, siendo además un modelo "máis eficiente", subrayó el presidente de la Xunta.

El nuevo sistema, que provocó un gran rechazo de la sociedad pontevedresa en el momento en que se puso en marcha, reflejado en una multitudinaria manifestación en la calle, es el símbolo del "esforzo de austeridade na administración periférica da Xunta de Galicia", gracias al que se redujo el número de altos cargos con los mismos resultados de gestión en la práctica. "É o froito dun compromiso coa austeridade, co rigor, pero tamén coa coordinación", explicó el titular del Gobierno gallego, para indicar que todos los servicios de las distintas consellerías, coordinados por un único director, están funcionando con más eficacia que cuando dependían de distintos departamentos.

Austeridad

Esta "superdelegación" territorial ha supuesto además –dijo Núñez Feijóo–, una demostración de "eficacia na austeridade do gasto público", algo que en la actual coyuntura de crisis económica es exigible por parte de todas las familias y de los emprendedores, que reclaman en la administración pública una gestión acorde con el momento que está atravesando el país en su conjunto, según argumentó el presidente.

Feijóo destacó además que, al contrario que vaticinaron en su día los opositores al modelo de dos delegaciones territoriales en la provincia, Pontevedra y Vigo, la capital "non perdeu un só servizo nin un só empregado público, porque a delegación da Xunta na capital ten as mesmas competencias que hai un ano", recalcó.

El presidente de la Xunta hizo estas consideraciones en su visita, casi un año después de su creación, a la delegación territorial de Pontevedra, que dirige José Manuel Cores Tourís. Allí se reunió, acompañado del conselleiro de Presidencia, Administracións Públicas e Xustiza, Alfonso Rueda, con los jefes de cada uno de los departamentos de esta delegación.

Las nuevas delegaciones territoriales de la Xunta (una en cada capital de provincia y otra en Vigo) se pusieron en marcha en cuanto el Gobierno autonómico que preside Núñez Feijóo asumió esta responsabilidad en abril del pasado año. Tras la decisión, miles de pontevedreses se manifestaron en contra del decreto que creó esta estructura y la delegación territorial de Vigo, por considerar que resta "capitalidad" a Pontevedra. A aquella convocatoria se sumaron la mayor parte de colectivos sociales, empresariales, profesionales y vecinales de la capital, así como alcaldes de municipios de la comarca. La marcha la encabezaron los presidentes de las federaciones vecinales, de la Cámara de Comercio, los decanos de los colegios de Abogados, de Procuradores y de Agentes Mercantiles, y los dirigentes de los sindicatos entre otros.