La villa de Portonovo intentaba recuperar ayer la normalidad tras la explosión de gas que se registró el sábado en el bajo de un edificio ubicado en la calle Unión que destrozó el bar ubicado en la planta superior y causó seis heridos de diversa consideración. Desde el gobierno local informaron ayer que tres de los lesionados ya habían sido dados de alta por la mañana, mientras que otro la recibía poco después. Las otras dos víctimas permanecen en estado grave, aunque evolucionan favorablemente.

Se trata de Jesús Montes Padín, de 42 años, que presenta quemaduras en más del 40% de su cuerpo y fue derivado a la unidad de quemados de Povisa, en Vigo. El responsable del área de Seguridad Ciudadana del municipio sanxenxino, Salvador Durán, aseguraba ayer que el herido evoluciona favorablemente y que su estado no es tan grave como inicialmente se preveía.

La segunda víctima que aún permanece ingresada es José Martínez Fernández, de 64 años, que fue trasladado al Hospital Xeral Cíes, también de la ciudad olívica. “Esta víctima foi evacuada en helicóptero e presenta un traumatismo craneal que non é de gravidade extrema”, matizó Durán, al tiempo que subrayó no se teme por su vida y que su estado es estable dentro de la gravedad.

Otros lesionados

Los otros cuatro heridos, Benito Montes Padín, de 55 años; Antonio Martínez Suárez, de 79 años; Enrique Martínez Martínez, de 65 años y Honorina Martínez García, de 46 años, que fueron derivados al Hospital de Montecelo, recibieron el alta en las últimas horas.

A la espera de conocer los resultados oficiales de la investigación llevada a cabo por lapolicía judicial para esclarecer la causa de la explosión, todos los indicios apuntan a que la bombona ubicada en la cocina del bar, en el sótano del edificio, fue la causante de la deflagración. “Todo indica que foi esta bombona a que provocou a fuga e produciu unha acumulación de gas. A explosión probablemente se desatou cando un dos feridos, o que resultou máis queimado, baixou ó baño, que se atopa no mesmo soto e accionou o interruptor”, confirmaron desde el gobierno local.

Desescombro

Los trabajos de desescombro que llevaron a cabo los servicios de emergencias en el lugar de los hechos se dio por finalizado a las 20.00 horas del sábado. Los operarios tapiaron de manera provisional y con madera las ventanas y puertas que quedaron destrozadas con la deflagración, tanto del inmueble en el que se produjo la explosión, como del bloque anexo y del edificio que se encuentra al otro lado de la calle del Bar Coli. “Deixamos as entradas expeditas e restablecemos o fluido eléctrico dos edificios que teñen todos os servizos en funcionamento”, continuó Durán.

Por otro lado, el Concello ha dejado a disposición de los propietarios de los inmuebles afectados un contenedor en el que podrán depositar los escombros que vayan evacuando. Durante la jornada de ayer los afectados hacían una primera visita a las dependencias que resultaron más afectadas, entre ellas las del propio bar y el sótano que quedaron totalmente destrozados.

Estructura

Las revisiones realizadas por técnicos municipales y por un ingeniero descartan daños en la estructura de los dos edificios que resultaron más afectados por la explosión. De hecho, el acceso a las dependencias no quedó restringido, ni siquiera a las que resultaron más dañadas.

Durante la jornada de ayer tanto los propietarios como varios vecinos se acercaron a comprobar el estado en el que habían quedado las instalaciones del bar y los sótanos. “Tan só hai un par de tabiques que poderían perigar pero nin tan sequera son muros de carga, polo non supoñen ningún risco para a estrutura do edificio”, matizó Salvador Durán. Por su parte, el responsable del servicio local de emergencias, Antonio Folgada, destacó que el edificio del bar Coli quedó sin suministro de agua. “De todos xeitos podemos confirmar que nas plantas superiores do inmoble non vive ningunha familia. Trátase de vivendas de veraneo”, apostilló.

La explosión provocó también daños en el muro de piedra que rodea la Casa de Don Fernando, en el sótano y la entrada del bloque contiguo y en la puerta de acceso al edificio que se encuentra del otro lado de la calle. La onda expansiva afectó también las dependencias de otro bar cercano, el Meigallo. La cristalera del establecimiento apareció agrietada y la entrada al local resultó dañada.

El responsable del servicio local de emergencias explicó que ahora tendrán que ser los propietarios los que asuman las obras de reparación hasta que se aclare lo ocurrido. “Neste caso os veciños teñen que asumir nun primeiro momento as obras de reparación nas súas propiedades e facer unha peritaxe dos seus custos. Logo o proceso resólvese definitivamente por vía xudicial”, concluyó.