El Mercado de la calle Sierra necesita un nuevo impulso que revitaliza su actividad. Así lo reconoce la concejala delegada del área, Celia Alonso, ante el descenso paulatino de clientes que se constata en este recinto. Desde hace unos meses los alumnos del taller de dinamización de la Plaza de Abastos organizan actividades para atraer compradores, pero las intenciones de Alonso pasan por dar un "vuelco" a la organización empresarial del Mercado, respetando, eso sí, los puestos actuales y la calidad de sus productos, una de sus señas de identidad.

La implantación de una página web que permita realizar las compras por internet, apostar por la apertura vespertina, regularizar todos los puestos, admitir el pago con tarjeta de crédito y, sobre todo, reconvertir la planta alta en un "foco de atracción para los clientes" son los retos que se ha marcado el gobierno local para dar nueva vida al Mercado, un objetivo en el que no sólo están interesados los propios vendedores del recinto, sino los comerciantes del entorno, ávidos de que la Plaza genere actividad en beneficio de sus locales. En ese sentido, se llegó a plantear el traslado de la feria ambulante a las calles y plazas del centro histórico, opción descartada por su complejidad, lo que llevó a reubicar el mercadillo en la calle Rafael Areses.

Regular los puestos

En la actualidad, el concello trabaja en la regularización de todos los puestos abiertos en el Mercado, alrededor de 200. Cuando se remodeló el edificio, la mayoría de los vendedores optaron por concesiones a 25 0 50 años, pero un grupo de 38 prefirió una autorización provisional por dos años, según los datos aportados por Celia Alonso. Es con este colectivo con el que se tramita una solución, ya que en caso de no aceptar algún tipo de concesión se verían obligados a abandonar el puesto, añade la edil.

Una vez que concluya este proceso, el siguiente paso que pretende dar el concello es la concentración de todos los puestos en vendedores en la planta baja, la zona donde se registra más afluencia de clientes, que son más reacios a subir al piso superior (donde el número de casetas ocupadas es muy limitado) por las escaleras e incluso por los ascensores, que en ocasiones están averiados. Esta reunificación en una única planta dejaría libre la superior, donde se estudia la implantación de una "oferta de verdadero tirón" para que los clientes acudan al Mercado por la tarde, ya que esta apertura vespertina es otro objetivo. La idea es otorgar una concesión global para ese segundo piso, no caseta por caseta, y lo que está descartado es que ese espacio sea ocupado por un supermercado. La concejala admite que esa posibilidad se barajó en alguna ocasión, pero no estaría permitida la venta de pescados, mariscos, congelados, carne, verdura, fruta y otros productos que entren en competencia directa con los vendedores tradicionales de la Plaza.

En este sentido, algunas de las propuestas barajadas apuntaban a negocios como reparación de calzado, delicatessen, peluquerías y otras actividades no existentes ahora en el mercado. No obstante, esta opción está pensada para concesiones caseta por caseta, que choca con la pretensión de Alonso de realizar una concesión global para toda la planta.

Nuevas tecnologías

Esta actividad en ese piso se presenta como el "revulsivo" para atraer a clientes por la tarde, un horario que sí satisfaría a un cierto grupo de vendedores, pero que no parece ser del agrado de los responsables de puestos de pescado, que adquieren su producto durante la madrugada.

En todo caso, a la espera de que se defina esta reestructuración de puestos y actividades, la concejala de Mercados apuesta por las nuevas tecnologías para modernizar la actividad de ventas. La instalación de un cajero automático es una de las propuestas a corto plazo, pero el objetivo es implantar también el pago con tarjeta de crédito, ya existente en algún punto, y, sobre todo, crear una página web que no sólo difunda de forma global la imagen de la Plaza de Abastos, sino que permita a los clientes las compras por internet.