El "absoluto abandono y total deterioro" del edificio del bar Savoy, en plena plaza de A Ferrería, puede ocasionar el posible desplome del inmueble, por lo que es imperiosa una actuación de seguridad para evitar riesgos a las personas que transiten por sus inmediaciones. Esta seria advertencia forma parte de un informe técnico municipal encargado por la concejala de Urbanismo, Teresa Casal, para emplazar a los propietarios a sanear el edificio.

El informe, emitido por el ingeniero industrial de la oficina de inspección es muy contundente. En él se hace constar que "no se ha iniciado obra alguna de reparación o instalación", por lo que ya se ha procedido a declarar la caducidad de la licencia de rehabilitación otorgada en junio pasado a un empresario de hostelería. Pero al margen del frustrado proyecto para reabrir el local, el estado general del inmueble exige una actuación urgente.

Así, se detalla en el informe "el estado de absoluto abandono y total deterioro del inmueble, con puertas clausuradas, carente de ventanas en una de sus fachadas en la planta primera, con presencia de abundante vegetación en la cubierta y con filtración de agua a través de la cubierta". Añade que este estado de abandono (junto con el peso añadido por la vegetación y materiales acumulados) "puede originar el colapso (desplome) de la cubierta provocando el empuje de fachadas, que generaría un riesgo de desprendimiento sobre la vía pública, siendo esta zona además especialmente concurrida por niños en horario de tarde".

Por ello, se considera urgente decretar una orden de ejecución "para sustituir todas aquellas estructuras dañadas (cubierta, forjado, carpinterías) de acuerdo con el Peprica, con la mínima demora posible (máximo, 15 días) para evitar los riesgos descritos, vallando cautelarmente la zona de mayor riesgo, con el fin de impedir la aproximación de los viandantes al edificio". Esta orden ya comenzó a tramitarse ayer mismo, con un acuerdo del gobierno local por el que, además de declarar la caducidad de la licencia anterior (sin ejecutar siete meses después de su concesión), se emplaza a los propietarios a "realizar los trabajos necesarios".

Teresa Casal pretende que ese aviso se notifique en mano a los dueños, para evitar posibles confusiones, pero advierte de que en caso de desoír esa orden, se acudirá a la ejecución subsidiaria en la que el concello realizará las obras necesarias y pasará después la factura a los propietarios.