El alcalde de Pontevedra, Miguel Fernández Lores, denunció ayer que "ninguna administración hizo caso de nuestras advertencias (las del BNG primero y las del propio gobierno local capitalino después), que llevábamos formulando desde 1993 y de aquellos polvos vienen ahora estos lodos". Lores, que responsabilizó directamente de este conflicto al PP "que ostentó el gobierno de todas las administraciones ahora implicadas", recordó que "un puerto no se puede convertir en un polígono industrial. Se advirtió de que sólo se podían autorizar actividades portuarias, pero no se nos hizo caso y hubo que realizar más y más rellenos en los que tener sitio para todo".

"Se saltaron", añade, "los informes municipales, la opinión de los mariscadores y el más elemental sentido común, por lo que ahora están metidos en un lío monumental de difícil solución", añade Lores, quien insistió en defender su postura durante años en este asunto. "Tengo la conciencia muy tranquila y la responsabilidad es de quien no quiso hacer caso", no sólo a los informes del concello, sino a la opinión de "las propias administraciones que gobernaba el PP, como fue el caso de la Consellería de Pesca, que en 2004 emitió un contundente informe contra las nuevas ampliaciones. Cada vez aparecen más rellenos y a ver quien resuelve ahora este problema, serio y preocupante".

Lores, que forma parte del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, puso ayer sobre la mesa dos actas plenarias, una de 1993 y la segunda, de 2004. En la de hace 16 años se deja constancia de que el pleno de la corporación municipal informó favorablemente el proyecto de expansión del puerto, con el voto a favor del PP y los Independientes (que gobernaban entonces el concello) y el PSOE, y el rechazo de los cuatro concejales del BNG, entre ellos el propio Lores.

El segundo documento, mucho más contundente, corresponde a un acuerdo plenario de mayo de 2004 sobre las alegaciones del concello al Plan Especial del Puerto. Con él, el alcalde pretende subrayar esos "avisos" a los que hacía referencia. Entonces, BNG y PSOE (el PP se abstuvo) rechazaron el plan portuario, entre otras razones porque "aumenta el ámbito territorial ganado al mar sin aprobación del estudio de impacto ambiental, complica la tramitación administrativa de las licencias, que provocará atrasos por las dificultades en cuanto al control de la edificabilidad, generaliza injustificadamente el uso industrial y comercial convirtiéndose en un polígono empresarial sin limitación ni vinculación lo que debe ser meramente portuario y de servicio al puerto y prevé una edificabilidad desproporcionada que supone la macización de la zona". Lores reivindicó ayer un "puerto seco" específico que evite nuevos rellenos.