La Policía Local de Pontevedra blindó el pasado curso escolar los institutos de Enseñanza Secundaria frente al tráfico y el consumo de droga. El despliegue de los agentes municipales fue casi diario e incluyó un total de 109 vigilancias en 9 centros educativos y su entorno, con 281 jóvenes identificados.

Un refuerzo del dispositivo que provocó también un ligero repunte de las incautaciones con respecto al pasado año, imputable más a la mayor presencia policial en los centros que a un aumento del volumen de tráfico o consumo de estupefacientes por parte de los jóvenes. En total, el operativo policial en los institutos permitió a los agentes decomisar dos gramos de cocaína, 47,95 gramos de hachís, 25 de marihuana y diversos porros de cannabis listos para ser consumidos.

La actuación policial derivó también en la apertura de distintas actas de sanción administrativa por tenencia y consumo de sustancias estupefacientes que fueron tramitadas ante la Subdelegación del Gobierno. Pese a todos estos datos, desde la Policía Local señalan que, en la mayoría de los casos, el "problema" no está en el interior del centro sino esperando a las puertas de los institutos.

Y es que la mayoría de las personas que fueron identificadas y sancionadas por consumo de drogas en el entorno de un centro escolar eran sujetos ajenos al mismo. Por eso una de las principales misiones de los agentes municipales es localizar a pequeños "camellos" o "trapicheros", en la mayoría de los casos también jóvenes, que pudieran involucrar a otros estudiantes en el consumo de sustancias prohibidas. Grupos sospechosos, coches que merodean los recintos, motocicletas, ..., son posibles objetivos de la Policía Local.

Por este motivo, la presencia policial en los centros educativos se centra en los momentos de entrada y salida y, de forma especial, durante los recreos. A requerimiento de los centros se intervino en otros horarios.

La vigilancia se hace extensiva a zonas cercanas a los institutos, como parques y zonas de ocio en donde los estudiantes se suelen reunir faltando a clase y, a veces, consumen sustancias estupefacientes.

De hecho, el dispositivo policial cuenta con la colaboración de la dirección de los propios centros educativos que alertan a la Policía Local acerca de la presencia de jóvenes sospechosos en las inmediaciones de los centros. Desde Jefatura también indican que la colaboración vecinal ha sido imprescindible para desmantelar puntos negros de venta y consumo de droga a pequeña escala entre los más jóvenes.

La vigilancia policial en torno a los centros escolares cuenta con una segunda vertiente que es la de prevenir los casos de acoso escolar. Los agentes no detectaron ningún caso grave pero sí intervinieron para frenar varias peleas. En total se identificó a seis jóvenes por su participación en altercados.

Asimismo, se dio con los autores de actos vandálicos como el destrozo de cristales en los edificios educativos de A Xunqueira de Alba.

El dispositivo de vigilancia y prevención de tráfico de estupefacientes en los centros de secundaria está ya en marcha este curso y se completa con los programas de fomento de la seguridad vial que también lleva a cabo la Policía Local.