Parece que sólo puedes tomar una decisión Charles y ya la han tomado por ti. Es una de las frases del filme Ciudadano Kane y podría resumir la vida de millones de personas en el pasado y el presente ¿Y en el futuro? Será cada vez menos verdad y todos, hombres y mujeres, estamos cada vez más en la transición de súbditos a ciudadanos. Al menos así lo cree el ex director de la Unesco y presidente de la Fundación Cultura de Paz Federico Mayor Zaragoza, que hoy pronunciará en Pontevedra la conferencia “Poder ciudadano”.

—¿Pero alguna vez los ciudadanos hemos tenido poder?

—No lo hemos tenido nunca (risas), desde siempre hemos de reconocer que el escenario del poder ha sido masculino, donde unos cuantos han tomado las medidas, normalmente medidas de fuerza porque ha caracterizado a la historia una sucesión de batallas, conflictos, confrontaciones bélicas y guerras y los ciudadanos hemos estado totalmente ausentes, especialmente las mujeres, de los escenarios del poder. Y ahora por primera vez en la historia es probable que en estos principios de siglo y de milenio cambie esta situación y estos ciudadanos que ofrecían hasta su vida (indiscutiblemente tenían que ofrecer su vida) a los designios del poder a partir de ahora en democracias progresivamente más auténticas y genuinas el ciudadano participará de una forma muy activa.

—Con la que está cayendo (lease guerras, hambre, cambio climático, crisis...) es usted optimista

—Es que está cayendo mucho menos de lo que caía hace tan sólo 50 o 60 años. Hay que pensar que en el siglo XX, y ya no hablo antes porque si usted mira la historia verá que todo, todo, son guerras, poderes, generales, guerras, generales, todo estaba en manos de este perverso refrán que dice “si quieres la paz prepara la guerra” y, claro, hemos estado siempre preparando la guerra y haciendo aquello para lo que estamos preparados. Pues en el siglo pasado tuvimos dos guerras mundiales, una serie de situaciones de dominio hegemónico total, no hay que olvidar la operación Cóndor en América Latina donde se sustituía a presidentes constitucionales por juntas militares o el señor Allende por el señor Pinochet etc etc con toda la represión y actos que usted ya conoce, de un poder absoluto e indiscutible; y había una guerra en El Salvador, en Guatemala, en Mozambique, en Angola y una situación de terrorismo en el Ulster, eso hay que reconocer que se ha ido terminando, es decir que tampoco llueve tanto, lo que pasa es que se han cometido a mi modo de ver una serie de errores muy graves.

—Apunta como un error clave el abandono de Naciones Unidas...

—Los países más poderosos se asociaron en el G7 G8 G20, que tanto me da, y sustituyeron aquel sistema democrático de los cascos azules, de seguridad a escala internacional, por sus propios designios y eso está siendo un fracaso total que además ha llevado a las crisis presentes que no son una crisis económica sino una crisis de valores, valores democráticos: en lugar de la justicia social nos hemos dejado guiar por las leyes del mercado, es decir que creo que la situación ahora puede corregirse mucho mejor que hace unos años porque también existe una conciencia global, los ciudadanos del mundo ya sabemos que ahora hay cosas que no vamos a tolerar más, entre ellas ofrecer nuestra vida así por las buenas a los designios del poder, tampoco vamos a tolerar más el que haya brotes rascistas, fascistas etc en el mundo. Creo que la crisis es una oportunidad y es la oportunidad precisamente de ganar el poder ciudadano.

—Si se le pregunta por las amenazas ¿apunta de entrada a los poderes económicos y mediáticos?

—Claro claro, al poder económico: hay que pensar que todos los días se mueren de hambre más de 60.000 personas, entre ellas 35.000 niños, todos los días, y nosotros mirando hacia otro lado, lo que no puede ser es que seamos una sociedad absolutamente insolidaria y que además siempre nos fijemos sólo en algunos temas que además ya están totalmente superados en lugar de dedicarnos a dar calidad de vida a todos, no a unos cuantos sino a todos los seres del mundo. Y hay que también controlar este poder mediático que hace que en Estados Unidos se pueda tener un sistema como el del señor Bush y el del señor Chenney basado en un poder mediático fantástico, en una sola mano prácticamente el 60% de la información, de las noticias en los Estados Unidos; y no le hablo ya del caso italiano porque es bien conocido también. Por tanto creo que ha llegado el momento para los ciudadanos de empezar a implicarnos, esto es lo que quiero destacar en Pontevedra: ha llegado el momento de implicarnos, no podemos seguir de espectadores diciendo “oye, mira lo que dice el gobierno, mira lo que dice la oposición”... Esto se ha terminado.

—¿Cómo implicarnos?

—Esa es una de las claves, hasta ahora era muy difícil implicarse porque no teníamos más que el voto, que está muy condicionado por estas parafernalia enorme que acompaña a las elecciones y que con frecuencia votamos exactamente lo contrario de lo que quizás si reflexionasemos votaríamos y a pesar de lo cual soy muy partidario de votar porque como durante 40 años lo estuve esperando todos los días (risas) ahora tengo ganas de votar, me encanta, pero es cierto que se reducía a esto, mientras que ahora, desde hace unos pocos años, vemos dos aspectos que creo que pueden ayudarnos mucho: uno es que tenemos la posibilidad de una participación no presencial, por primera vez en la historia puedo votar a 10.000 kilómetros con algo tan sencillo como un teléfono móvil a través de sms, hoy puedo votar de manera fehaciente a distancia a través también de internet, la moderna tecnología de la comunicación nos facilita la participación no presencial. Esto es muy importante y abre una ventana de esperanza, en diez o doce años esto cambiará totalmente el sistema de las consultas democráticas, de las encuestas, de todo lo que ahora está también tan manipulado y mediatizado, y lo haremos normalmente los ciudadanos porque de hecho ya lo están haciendo los más jóvenes, ya están en este espacio de la comunicación que permite una serie de implicaciones personales que antes eran impensables. Pero le decía que hay otro factor, y es la mujer.

—¿El mayor protagonismo de la mujer en las áreas de toma de decisión nos hará ganar poder colectivo como ciudadanos?

—La mujer ha sido invisible en esta trayectoria secular ciudadana, la mujer no ha existido prácticamente y cuando ha aparecido además era de una feminidad discutible y por tanto era muy necesario que la mujer fuera ocupando no sólo progresivamente posiciones sino que ocupe carlos en primer lugar, es decir que haya bancos presididos por mujeres, empresas presididas por mujeres, centros hospitalarios, universidades etc. En lo que respecta a la mujer en la toma de decisión como sabe hasta ahora estabamos en un 5% hace diez años, ahora hemos pasado a un 8,8%, estamos mejorando y seguramente cuando lleguemos a un 15 o a un 20% las cosas cambiarán mucho en el mundo porque no cabe duda de que la mujer tiene un respeto inherente a la vida y no hace tanto uso de la fuerza, sobre todo la bruta, como hace el hombre, por tanto digo que hay razones para la esperanza.