Cinco años después de su sellado y tras doce en desuso, la Xunta afronta la primera gran reparación del vertedero de O Rapadiño, un recinto en el que se han detectado diversas deficiencias que podrían afectar a su estabilidad. La Consellería de Medio Ambiente abre la licitación, por 260.000 euros, para adquirir "un equipamiento compacto de extracción y combustión del biogás" de ese viejo basurero. El objetivo es mejorar el tratamiento de sus gases contaminantes, así como retirar el exceso de lixiviados que se acumula en el fondo de las miles de tonelada de basura almacenadas.

En mayo pasado, el gobierno local solicitó una subvención a la Xunta para reparar diversas deficiencias detectadas en el sellado del vertedero. En un informe remitido en marzo, la anterior subdirectora xeral de Calidade Ambiental, María José Echevarría, alertaba de esas deficiencias. En concreto, se revelaba que la gran acumulación de lixiviados (los líquidos que progresivamente se desprenden de las 400.000 toneladas de basura "enterradas" para las capas de sellado) en su interior y que podrían llegar a comprometer la estabilidad del vertedero. Además, ese exceso impide la salida de los gases y, por tanto, el aprovechamiento del biogás.

Los técnicos municipales calculan que esos lixiviados seguirán produciendo arrastres en el vertedero hasta pasados un máximo de 15 años desde la clausura, por lo que se estima que hasta entonces será necesario proceder a su retirada periódica del pozo en el que se acumulan. Por esta razón se procederá a reparar las canalizaciones de estas aguas y a un arreglo general de todas las tuberías de captación del biogás hasta la chimenea central, estructuras que presentan un importante deterioro.