El zafarrancho de limpieza que llevó a cabo Cespa durante dos noches en la plaza de Barcelos ha terminado con polémica a raíz de la señalización provisional que prohibía el estacionamiento en esta plaza para permitir que se llevasen a cabo los trabajos. Y es que vecinos y conductores que aparcan habitualmente su vehículo en esta zona de Pontevedra se quejan de lo que calificaron como una "masiva" retirada de coches con la grúa y una imposición "desmesurada" de multas ya que consideran que la señalización no era lo suficientemente clara.

De hecho, creen que sólo una señalización deficiente explicaría que durante estos dos días las grúas municipales se llevasen decenas de coches mal aparcados, unos datos que ratifica la propia Policía Local: 17 vehículos el miércoles y otros 17 el jueves que terminaron en el depósito. A esto hay que sumar muchos más conductores multados que llegaron a su coche cuando ya habían recibido la sanción pero cuando la grúa todavía no había hecho su trabajo. Por último, otros 7 turismos que no resultaron sancionados, al permanecer en la zona desde antes del anuncio de la prohibición de aparcar, fueron retirados por la grúa hacia las calles cercanas.

Según algunos de los vecinos multados, las vallas "estaban muy separadas" entre sí y "había coches que aparcaban entre ellas y no las veían". Asimismo, echaron en falta la tradicional cinta policial que une las distintas vallas para impedir el estacionamiento y se quejaron de que las señales no tenían ningún distintivo de la Policía Local. Denuncian que los papeles adosados a las vallas que indicaban la hora y la fecha en las que entraba en vigor la prohibición de estacionamiento se borró o se rompió en algunos casos debido a las fuertes lluvias caídas esta semana. "Sólo el último día los plastificaron", añaden.

Algunas de las personas multadas sostienen que la plaza "estaba tan mal señalizada que nada más quitar un coche con la grúa, llegaba otro y aparcaba". Añaden que eran tres los vehículos municipales que estaban retirando turismos mal aparcado a pleno rendimiento y que incluso llegaron a provocar retenciones en las salidas y entradas del parking de Barcelos. "Me parecía más afán recaudatorio que una medida para facilitar la limpieza que se iba a llevar a cabo a la noche", decía una de las personas que resultó multadas. Ahora deberá hacer frente a los 100 euros de la sanción por estacionar mal y otros 80 más por el enganche de la grúa.

No todo eran críticas ayer en Barcelos, ya que mientras algunos comerciantes y dueños de locales se quejaban la actuación de la Policía Local, uno de los propietarios de un bar aseguraba que la señalización de prohibido aparcar era "clara y visible". Lo mismo piensan en la Policía Local desde donde señalaron que se siguió el mismo protocolo que utilizan cada vez que se ven obligados a despejar la vía pública y prohibir el estacionamiento de forma puntual a causa de obras, limpieza o cualquier otro acontecimiento. Estas medidas incluyeron la instalación de señalización en la zona advirtiendo de las restricciones de aparcamiento 48 horas antes del inicio de las mismas, se reparte un boletín informativo a cada uno de los coches estacionados en la zona y la publicación de las medidas restrictivas del estacionamiento a través de los medios de comunicación.

La Policía afirma que los avisos eran visibles

La Policía Local reconoce que el número de coches retirados por la grúa y sancionados, 34 en sólo 48 horas, es elevado con respecto a ocasiones anteriores, pero señala que en todos los casos eran vehículos que no respetaron la prohibición de estacionamiento en Barcelos durante el miércoles y el jueves, días en los que se llevó a cabo el zafarrancho de limpieza. Fuentes de Jefatura aseguraron que la señalización era lo suficientemente clara y que además ésta se revisa varias veces a lo largo de la jornada, por lo que si alguien retira una valla o la mueve, esto es detectado por los agentes.

Recuerdan también que la valla señala la fecha y hora de inicio de la prohibición del estacionamiento y que ésta seguirá en pie hasta que la valla sea retirada. En este caso, las vallas señalaban las tres de la tarde del miércoles como el momento en el que entraba en vigor la restricción de aparcamiento. Este hecho pudo contribuir a que muchos conductores pensaran el jueves que la prohibición ya era válida por comenzar el día anterior, pero no era así.

Añaden que, aunque la limpieza se realizaba por la noche, las medidas restrictivas de aparcamiento deben realizarse con varias horas de antelación. Muchos usuarios lamentaron que "con vallas por media ciudad uno no sabe si eran de una obra o de la policía", dijo un afectado.