Después de unas primeras semanas de otoño con sol a raudales y temperaturas máximas que rondaron los treinta grados, el arranque del mes de octubre ya ha inmerso a los pontevedreses en la estación propia de esta época del año. El mercurio bajó y las lluvias aparecieron de golpe durante este pasado fin de semana, en el que se registraron, en sólo dos días, el doble de precipitaciones que durante todo septiembre. Así, Meteogalicia contabilizó 33 litros por metro cuadrado a lo largo de las 48 horas del sábado y el domingo.

La estación meteorológica de Lourizán concluyó la pasada mensualidad con una recopilación que apunta una temperatura media de 25,9 grados, siendo la máxima 30,1 (el día 23) y la mínima 10,4 (el 20). La precipitación acumulada fue de 18 litros por metro cuadrado durante tres jornadas.

El informe realizado por ese departamento de la Xunta de Galicia reconocía que “a precipitación rexistrada é moi inferior ao normal e o número de días de chuvia é menos da metade do número agardado, polo que o mes pode considerarse moi seco”. El promedio de la serie histórica considera como habitual en septiembre un volumen de precipitaciones entre los 79 y 120 litros por cada metro cuadrado.

Por el contrario, cuando ni siquiera ha transcurrido una semana desde que se estrenó el décimo mes del año, las lluvias ya han superado de largo las incluidas en esa relación. Algo que se dio ya sólo teniendo en cuenta la jornada del sábado. Ese día la lluvia caída sobrepasó los 23 litros por metro cuadrado, mientras que desde las 00.00 horas hasta media tarde del domingo fueron aproximadamente 10.

Incidencias

Esta abundancia en tan corto período de tiempo provocó más de un contratiempo tanto en el municipio capitalino con otros puntos de su entorno inmediato. En Vilaboa, por ejemplo, Protección Civil tuvo que intervenir en las inmediaciones de las Salinas para desatascar varias arquetas que habían quedado inutilizadas al asumir un caudal excesivo. También en este municipio las intensas lluvias provocaron dificultades circulatorias en la red viaria, con tráfico interrumpido en la autopista AP-9.

Por su parte, la Policía Local de Pontevedra también se vio obligada a solventar diversos perjuicios originados por dichas condiciones meteorológicas. De este modo, entre otras salidas los agentes acudieron de noche a la autovía de Marín, donde se localizaron varias balsas de agua. No obstante, la inafraestructura pudo permanecer abierta al tránsito rodado mientras se desarrollaban las labores para eliminar los charcos existentes sobre la calzada.