Programas para que decenas de profesionales gallegos conozcan la labor de cooperativas y organizaciones de países como Brasil o Marruecos, campañas por una banca justa, venta directa de productos manufacturados en condiciones de respeto a los derechos humanos, planes de vigilancia de las grandes multinacionales del textil gallego... En 2009 la ONG Amarante puede felicitarse por sus diez años de lucha por un mundo más justo, una alegría que los integrantes de la organización quisieron trasladar ayer a los ciudadanos de Pontevedra, donde nació este colectivo.

El modo elegido para la celebración fue una fiesta que tuvo lugar en la plaza del Teucro y en la que no faltaron desde un divertido dragón que recorrió el centro histórico hasta mercadillos o exposiciones, amén de la música.

Granjas ecológicas de Lalín y Redondela ofertaron productos ecológicos como miel, polen, frutas y verduras. No pocos compradores comprobaron con sorpresa que los precios (por ejemplo un kilo de tomate a 2 euros y a 2,50 el de pimientos) son equivalentes a los de los productos "industriales".

En este sentido, los vendedores explican que "con 15 euros basta para una buena compra de productos ecológicos, por ejemplo una buena verdura ecológica tiene prácticamente el mismo precio que la que se puede comprar en una tienda".

También los productos procedentes de cooperativas del Sur y comercializados en condiciones de comercio justo (desde azúcar de caña a chocolate negro, tisanas o café) tuvieron cabida en el mercadillo.

Éste fue auspiciado por el Sindicato Labrego, una de las organizaciones colaboradoras que se sumó a la fiesta de Amarante, cuya directora, Fernanda Couñago, explica que "o que buscabamos con este mercado transparente e visibilizar que é necesario o comercio xusto para todos, para os labregos galegos e tamén para os do Sur".

Otra propuesta fue un mercadillo de cambio, en el que se intercambiaron todo tipo de productos, desde un clasificador de CD a un colgador.

Durante la fiesta también se facilitó información sobre otras organizaciones, por ejemplo de la Marcha Mundial de Mulleres (que cedió la exposición sobre la soberanía alimentaria) y no faltó ni la música ni un almuerzo de confraternidad con cerca de 150 invitados. Y como acto central se desplegó una pancarta de solidaridad con la resistencia hondureña. La foto captada en ese momento con la plaza llena será remitida al país para expresar la solidaridad desde Galicia.