Benigno y Guadalupe, con su fiel empleada Pili, se despidieron ayer de su numerosa clientela. Benigno no podía disimular su estado de ánimo y las lágrimas afluían a sus ojos cada vez que un cliente le estrechaba la mano no sólo por la despedida sino por puro agradecimiento a su atención a lo largo de más de veinte años al frente del "Lasky´s" un nombre que llegó con el matrimonio desde Inglaterra, donde permanecieron trabajando en la emigración durante media vida.

Cuando Benigno y Lupe llegaron de las Islas Británicas lo hacían con novedades en esto de la hostelería. Ubicados justamente frente a la puerta principal de la Plaza de Abastos, empezaron a servir desayunos a vendedores y clientes del centro comercial municipal acompañados de sus exquisitas bollerías calientes salidas de la mano de Lupe que además de calidad en el producto, puso siempre el cariño de una madre.

Tomar un "chiquito" en la barra del "Lasky´s" era, además de agradable, irse a casa medio almorzado porque Benigno cuidaba de que no se quedase el cliente sin algo delante que picar mientras le duraba el contenido de la copa. Marín pierde con el cierre de este ya tradicional establecimiento, uno de los puntos e referencia gastronómica y desde mañana mismo se va a notar un gran vacío porque eran cientos los clientes, especialmente relacionados con el mercado local, los que se valían del "Lasky´s" para hacer un alto en al camino en las duras jornadas matinales de compra y venta.

Descansar

Benigno y Lupe, acostumbrados a los grandes madrugones para tener a punto las magdalenas caseras, los croissants, las deliciosas empanadas que vendían enteras o en porciones, y otros productos del día, se enfrentan ahora a un bache que les va a exigir rebobinar sus propias vidas. Ambos, después de su larga etapa en la emigración y su no menos esforzada defensa del "Lasky´s" inician una nueva vida. Benigno asegura que la finca, los viajes y los paseos serán suficientes pero lo dice con los ojos húmedos porque sabe que le será difícil no atender a los clientes, es decir, a sus amigos. En realidad serán éstos los que echen de menos a Lupe y Benigno pero todos, y así se lo han demostrado ayer, les desean la más feliz etapa de una jubilación ganada a pulso durante toda sus vidas.