Los vecinos de Pontevedra sufren desde la noche de ayer una nueva huelga indefinida del servicio de recogida de basuras -la segunda en los últimos cinco años-, al romperse la negociación entre los trabajadores y la empresa Cespa, tras unas conversaciones que se prolongaron durante toda la jornada de ayer. El último intento por llegar a un acuerdo se abrió a las doce del mediodía de ayer en la sede del Concello. Allí acudió la totalidad del comité de empresa, los asesores sindicales y los representantes de la empresa concesionaria, Cespa. La reunión se prolongó durante más de cuatro horas (a eso de las 16.30 horas decidieron abandonar la sala de reuniones, incapaces de llegar a un acuerdo), pero continuó por la tarde a través de conversaciones telefónicas entre las partes.

El acuerdo fue imposible. A la hora en que estaba convocada una asamblea de trabajadores (20.00 horas), las exigencias de los sindicatos y la oferta de la empresa había llegado a un punto muerto y el paro se hacía inevitable.

Ofertas

La negociación se basó, fundamentalmente, en la readmisión de un trabajador despedido por causas disciplinarias. La empresa ofertó a lo largo del día tres posibles vías para readmitir al operario. Se basaban en una contratación con una rebaja de categoría sobre el contrato anterior, una rebaja de la antigüedad del trabajador (que reúne un trienio en la empresa), o un traslado a otro destino.

Ninguna de las tres ofertas de la empresa fue admitida por los representantes de los trabajadores, que exigían una readmisión en idénticas condiciones del momento anterior al despido o, como mucho, admitiendo una “sanción leve”. Esta fue la forma que tuvo el comité de empresa de flexibilizar su postura, pero no fue suficiente para llegar a un acuerdo.

Así, se rompió definitivamente una negociación que se prolongó durante los últimos dos días y que ayer mantuvo en conversaciones a las parte implicadas y al representantes del ayuntamiento, el concejal Raimundo González Carballo, durante toda la jornada. Hasta última hora de la tarde, el edil mantenía la esperanza de que se llegase a un acuerdo.

La empresa, por su parte, lamentó a través de un comunicado la “intransigencia absoluta” de los sindicatos en esta negociación que, en su opinión, les llevó a rechazar incluso la readmisión del trabajador despedido por “graves causas disciplinarias”. Para Cespa, los sindicatos han forzado esta huelga, al rechazar todas las soluciones ofertadas por la empresa.

El concejal de Medio Ambiente Urbano, Raimundo González Carballo, manifestó a última hora de la tarde “no entender” porqué no se había llegado a un acuerdo entre la empresa y los trabajadores.

El edil aseguró que continuará haciendo gestiones, con el objetivo de que las partes lleguen a un acuerdo en las próximas horas, o para que, de continuarse la huelga, tenga el “menor impacto posible para los ciudadanos”. A pesar del conflicto abierto, Raimundo González considera que las posiciones de empresa y trabajadores no son tan distantes.

El concejal recordó que esta decisión lleva al conjunto de la ciudadanía a sufrir una huelga con unas “consecuencias exageradas” e insiste en que la huelga es consecuencia de las malas relaciones laborales existentes en la empresa Cespa.