El gobierno local, que en los dos últimos días ha puesto de manifiesto su abierto “descontento” con el servicio que presta la empresa de limpieza, a raíz de la amenaza de huelga, no rescindirá el contrato con Cespa, aunque sí llegó a estudiarse esa posibilidad. Los servicios técnicos y jurídicos desaconsejaron esa medida por varias razones, entre ellas la obligación de indemnizar a la concesionaria (que cobra cerca de 5 millones de euros al año) y porque quedan poco más de dos años para que finalice el contrato actual (vence en julio de 2011). Un expediente de rescisión podría durar ese tiempo.

Aunque no se opta por una rescisión total, el gobierno local sí encargó ayer a los servicios jurídicos que se estudia el posible aplazamiento de una ampliación de contrato recién acordada, para la recogida puerta a puesta de cartón y vidrio comercial. De ser posible, se le retiraría ese servicio específico y se adjudicaría a otra compañía.

Malestar

El concejal de Medio Ambiente Urbano, Raimundo González Carballo, reiteró ayer al malestar del gobierno local con la empresa, pero no quiso profundizar en las posibles medidas contra la empresa “porque no quiero que se interprete como un calentón por la huelga”. En cambio, la concejala del PSOE y primera teniente de alcalde, Teresa Casal, sí fue muy clara: “Me alegro de que se diga que no estamos contentos con el servicio y hay que buscar soluciones plantando cara a los problemas. Ahora se convoca una huelga sin esperar siquiera a agosto (mes de fiestas en el que sí suelen producirse convocatorias de este tipo) por lo que yo sería partidaria de retirar la concesión si fuera posible, algo que los técnicos ya han descartado”.

González Carballo, que lleva directamente las negociaciones con las dos partes en conflicto, sostiene que la decisión de retirar, si es posible, el contrato de recogida puerta a puerta de cartón y vidrio comerciales se basaría en la “conflictividad de esta empresa, al no tener normalizadas las relaciones laborales”. El edil insiste en que “no nos gusta cómo presta el servicio” y así se lo hizo saber a la empresa hace unos meses, una queja que Cespa recibió con sorpresa. Lamentablemente, sigue igual”, aunque el concejal admite que parte de la culpa de estas deficiencias se debe al contrato firmado hace poco más de diez años y que “no incluye, por ejemplo, la obligación de renovar la flota”. Entre las quejas municipales directas, figura el “deterioro de cierta maquinaria, como lavaaceras y camiones) y “la falta de cuadros directivos, con una estructura muy pequeña para una plantilla de 124 trabajadores y un contrato de cinco millones de euros al año”. Cespa evitó ayer hacer comentarios sobre estas quejas alegando que “lo prioritario ahora es resolver el conflicto”.

Ese objetivo lo comparte el concello. La huelga, prevista inicialmente para las seis de la mañana de ayer lunes, fue aplazada a por los trabajadores, a petición del concello, a las 23 horas de hoy, con el fin de disponer de margen para nuevas negociaciones. Este contacto está previsto para el mediodía de hoy.

González Carballo, que ya asume de forma directa la mediación entre las partes, sin intervención de otros organismos, agradeció ayer expresamente la decisión del comité de empresa de aplazar 41 horas el paro indefinido e insiste en que “puede haber puntos de encuentro entre las partes”, por lo que emplaza a Cespa y a su plantilla a “negociar hasta la extenuación”.

Empresa y plantilla retoman hoy el diálogo, once horas antes del paro

La plantilla y los trabajadores se sientan a mediodía de hoy en el concello para tratar de buscar una solución al conflicto, centrado fundamentalmente en el despido de un trabajador, cuya readmisión exigen sus compañeros y a lo que es reacia Cespa. Este contacto se produce gracias al gesto del personal de aplazar 41 horas el inicio del paro y no pudo llevarse a cabo ayer ya que los directivos con capacidad de decisión no tenían tiempo material para estar presentan en Pontevedra antes de hoy.

Desde ayer sí se encontraba en la ciudad Alfonso Clemente, delegado de Cespa para Galicia y Asturias, pero el interlocutor válido es Javier Antón, director general de Recursos Humanos de la zona norte, cuya presencia era imposible ayer. Desde el inicio de la reunión hasta que venza el plazo de la huelga habrá once horas en las que, según González Carballo “hay que negociar hasta la extenuación y espero que este intento tenga resultado positivo porque una sanción laboral no puede acabar en una huelga que perjudica a todos los ciudadanos”. El edil insiste en que la empresa “normalice la situación y no se cierre en banda”.

La reunión se llevará a cabo finalmente en el concello, sin la mediación de la Axencia Galega de Arbitraxe (AGA) o cualquier otro organismo. Ambas partes se sentarán cara a cara (como ya ocurrió el domingo, aunque entonces volvió a fracasar el encuentro) sin la presencia física del gobierno local, aunque González Carballo estará “disponible” para dar las recomendaciones, explicaciones o instrucciones que se consideren oportunas.