Pertenece a las primeras promociones de universitarios gallegos que completaron su formación en EE UU con una beca de la Fundación Pedro Barrié de la Maza y que él aprovechó para cursar en 1993 un máster en Ingeniería Eléctrica en Stanford. Años después realizó otra estancia de investigación en la Agencia Espacial Europea y, más recientemente, se desplazó a la Universidad de Nuevo México, ya como profesor invitado.

-Hace unos meses coordinó en Vigo un acto para dar a conocer las becas Barrié, ¿está satisfecho con la experiencia?

-Fue estupenda y me permitió trabajar en la industria tecnológica. En Stanford había estudiantes de todo el mundo: americanos, europeos, chinos, indios... Siempre estabas compitiendo y quedó claro que la formación de la escuela de Vigo era buena. Antes de venirme, en el verano del 94, estuve trabajando en aplicaciones médicas de resonancias magnéticas. Es fundamental que los estudiantes vean el mundo. Es una de las asignaturas pendientes en España.

-¿Qué hizo al regresar?

-Me incorporé a la Universidad como profesor asociado y simultaneé este trabajo con la realización de mi tesis sobre la cancelación activa de ruido. Estos sistemas los utilizaban los pilotos de caza para aislarse en la cabina y se pueden aplicar, por ejemplo, a los sistemas de aire acondicionado.

-Y en 1999 se fue a la Agencia Espacial Europea.

-Estuve durante seis meses becado por Provigo y, desde entonces, colaboro en una red de excelencia europea de comunicaciones por satélite. Se trata de traer conocimiento a la Universidad y de abrir nuevas líneas que ademas nos dan juego para colaborar con la industria.

-De hecho, es coautor de tres patentes.

-Sí, relacionadas con repetidores de la Televisión Digital Terrestre (TDT) y equipos de medida. Se ha demostrado que las patentes son cada vez más necesarias, no basta con publicar.

-Siendo ya profesor titular en Vigo regresó a los EE UU.

-En 2007 me fui con la familia como profesor invitado a la Universidad de Nuevo Méjico, al Oeste americano. Tengo la doble perspectiva, como docente y como estudiante, y fue gratificante en ambos casos. Es bueno tener la referencia de dar clase en el extranjero. Allí hay más diferencia de nivel entre los alumnos y resulta más complicado.

-Forma parte del Centro Tecnológico de Telecomunicaciones de Galicia (Gradiant) desde su constitución, ¿qué proyectos dirige actualmente?

-El centro no empezó de cero, sino que ya existía una trayectoria de investigación en la Universidad y una inercia. Pero ahora podemos acercarnos a la industria con mayor eficacia. Entre los proyectos que dirigo figura uno de Industria en colaboración con Abertis Telecom para el despliegue de la TDT. Por muchos repetidores que se instalen no será posible llegar a todos los hogares y también se va a usar el satélite. En las aldeas remotas será necesario colocarles una antena y un decodificador, porque de otro modo sería carísimo y muy complicado. En Soria, donde se lleva a cabo la experiencia piloto de mayor extensión, ya se ha puesto en marcha esto.

-¿Frenará la crisis muchos proyectos?

-En nuestro ámbito no hay problemas de financiación, sino de captación de talentos. Hace falta un programa de becas fuerte para que vengan estudiantes extranjeros. Los alumnos que se van a EE UU crean riqueza para el país. Aquí podemos hacer los mismo, no sólo hay que fichar a investigadores consolidados, sino a estudiantes de posgrado.

-¿No pensó nunca en quedarse en el extranjero?

-Yo quería ayudar a hacer país, aunque eso también se puede hacer desde el extranjero. Pero aquí hay más calidad de vida y se pueden hacer cosas. Gradiant es una prueba de ello. Un característica positiva de la escuela de Teleco es que ha habido una gran movilidad de profesores, lo que le da un dinamismo muy importante.