Un total de 439 vecinos solicitaron ya la acometida para engancharse a los nuevos colectores del saneamiento en el rural. El concejal responsable del área, Xosé Manuel Valcárcel, explicó que desde que el Concello empezó a hacer obras de saneamiento, a finales de los noventa, se habían realizado 957 acometidas, por lo que las 439 solicitadas o realizadas en menos de año y medio demuestran que hay un cambio de ritmo significativo. Los cálculos de su departamento apuntan a que un 30 por ciento de los vecinos de las parroquias de Tomeza, Mourente, Cerponzóns, Pontesampaio y Lérez, en las que se están instalando colectores primarios, aún no formalizaron la solicitud por lo que se seguirá informando a todos los interesados. “Queremos ir acabando cos pozos negros”, destacó Valcárcel, quien también apuntó que los incidentes de conexiones irregulares, que ya se han detectado, serán objeto de sanción.

Las acometidas tienen un precio único de 500 euros hasta los 5 metros y de 50 euros más por cada metro lineal a mayores, un precio que Valcárcel considera satisfactorio.

El concejal subrayó que otra de sus prioridades es la conexión, lo antes posible, de los núcleos que disponen de red secundaria, pero no de servicio, a consecuencia de un cruce por una carretera nacional o la vía férrea. En este caso se encontraba Casaldorado (Lérez), donde Valcárcel indicó que de las 72 viviendas existentes en la zona ya consta la solicitud de acometida por parte de 53.

Apuntó, además, que se está trabajando en la instalación de siete caudalímetros, unos aparatos que miden el líquido circulante por los colectores y sirven para detectar enganches ilegales o conexiones de aguas pluviales, cuestiones absolutamente prohibidas por la normativa municipal. Los caudalímetros estarán conectados sin hilos con el centro de gestión de la concesionaria del agua y del saneamiento, lo que se convertirá en un medio más para localizar a los posibles infractores.

Finalmente, el concejal de Rural recordó que el protocolo de colaboración con la Xunta de Galicia materializado ya en el primer convenio de colaboración, ahora en ejecución, no debe encontrar obstáculos por el cambio político en la Administración autonómica. Además indicó que está deseando hablar con los nuevos responsables de la Xunta sobre los avances cualitativos que pretende introducir en el segundo convenio. En síntesis, se trata de que el Concello se convierta en órgano de contratación y que la Xunta transfiera el dinero a invertir al propio ayuntamiento.