Los alcaldes de Poio, Luciano Sobral, y de Ponte Caldelas, Perfecto Rodríguez, acordaron ayer reunirse para abordar la dirección que tomará el conflicto de los realojos en Caritel, tras la sentencia que anula los contratos de alquiler por los que dos familias gitanas del poblado chabolista de O Vao fueron derivadas a la aldea de Caritel hace año y medio.

Según explicó Sobral, durante el encuentro que mantuvieron ambos regidores ayer con motivo de una visita a la Comandancia de la Guardia Civil no fijaron una fecha concreta, aunque su intención es que se celebre lo antes posible. “Non houbo un achegamento de posturas porque non era o momento nin o lugar máis axeitado. O único que acordamos foi a necesidade de ter unha reunión na que participaremos os representantes das dúas administracións locais implicadas”, explicó.

El gobierno local de Poio considera positiva la voluntad de diálogo manifestada por el regidor de Ponte Caldelas para buscar una solución negociada y confía en que este ambiente de negociación se pueda ampliar a los colectivos afectados y a los representantes de la Administración autonómica. “Temos dúas semanas de prazo para presentar o recurso e o que queremos é chegar a un acordo canto antes. De todos os xeitos, se isto non se produce, defenderemos a actuación municipal porque estimamos que os criterios defendidos polo noso Concello son xustos”, comentó Sobral, quien matiza que independientemente de que se presente el recurso, seguirán abiertos a la negociación.

En lo que ambos regidores están de acuerdo es que la salida inmediata de las familias gitanas de Caritel es inviable, además Sobral defiende que su regreso al poblado de O Vao no es factible, ya que las chabolas en las que residían estas familias han sido derribadas. El alcalde considera que el poblado no sería la mejor de las opciones. “A solución pasaría por tratar de conseguir a súa integración en vivendas urbanizadas, pero no Concello non temos posibilidades de adquirilas nin temos vivenda protexida libre, a non ser que contemos co apoio da Administración autonómica”, añadió.

Integración

A pesar de todo lo ocurrido, no consideran que el proceso de integración esté totalmente fracasado, ya que fueron 12 familias las realojadas, de las cuales diez han conseguido adaptarse en otras zonas como Boavista, Marín y Mollabao. “As familias xitanas de Caritel fixeron moito esforzo por integrarse, pero está claro que desde o punto de vista do colectivo payo o proceso fracasou. A integración non pode levarse a cabo de maneira normal porque hai un colectivo que non o acepta. Son posturas totalmente antagónicas”, expuso el alcalde poiense.

En cuanto el nuevo equipo de la Xunta esté en pleno funcionamiento, los representantes del gobierno local solicitarán una entrevista con los responsables de la Consellería de Traballo y Benestar Social, ya que consideran que la Xunta debe retomar las mesas de negociación creadas por el anterior gobierno autonómico. Confían en que su papel será determinante para buscar una salida al conflicto.