Varios inmuebles de viviendas, entre ellos uno en la esquina de Riestra con Pastor Díaz, de 1954, algunos edificios de la Misión Biológica (1949) y, sobre todo, el Pabellón Municipal de Deportes, constituyen la obra que el arquitecto Alejandro de la Sota (Pontevedra, 1913-Madrid, 1996) dejó en su ciudad natal. Su edificio más emblemático, construido entre 1964 y 1970, es el eje de una exposición que abrió ayer sus puertas en el Pazo da Cultura. Fotografías de la construcción, bocetos, planos y otros elementos, han sido reunidos por el concello, la Fundación Alejandro de la Sota y el Colegio de Arquitectos para rememorar su figura y su obra. En la presentación de la exposición estaba presente su hijo, Juan de la Sota.

Como telón de fondo de esta muestra, la pretensión del concello de recuperar en lo posible el diseño original del pabellón, especialmente su cubierta, que sufrió una desgraciada remodelación en torno a 1985 que desvirtuó el sentido primitivo del proyecto. Lo que se había ideado como un techo traslúcido, con luz cenital, se transformó en un “bloque” opaco y desnaturalizado. Pero el diseño original será imposible de recuperar, por lo que se apuesta por mantener aquel “espíritu y filosofía” mediante un concurso de ideas para crear “un pabellón del siglo XXI”, que respete las actuales normas de accesibilidad y habitabilidad.

De la Sota volcó en la arquitectura deportiva buena parte de su genio, como lo demuestra el famoso gimnasio del colegio Maravillas de Madrid, diseñado poco antes del recinto pontevedrés. El diseño del “Pabellón Polideportivo” se desarrolló a partir de un proyecto presentado por De la Sota en 1963 para el Concurso de ideas para Instalaciones Deportivas promovido por la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes. El arquitecto pontevedrés logró, entre otras distinciones, el primer premio. Él mismo explicaba que el objetivo era conseguir que “el ambiente general interior del edificio sea extraordinariamente sencillo y tranquilo... que resulte atractivo a los que han de usarlo como gimnastas o como simples espectadores”, con una iluminación cenital “perfectamente intencionada, unidad de construcción, unidad de color...” resuelto mediante estructuras prefabricadas de hormigón. Precisamente esa iluminación cenital es la que se desvirtuó por completo con la remodelación de hace más de dos décadas.

Con el comisariado de Teresa Couceiro, la exposición estará abierta hasta el 14 de junio y está compuesta por un total de 70 paneles sobre la obra del arquitecto pontevedrés, así como maquetas de algunos de los proyectos más destacados de De la Sota, que se graduó en 1941 en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, de la que fue profesor entre 1956 y 1972.

La muestra se puede visitar de martes a viernes, de 17,00 a 21,00 horas, y los sábados, domingos y festivos de 11,00 a 14,00 y de 17,00 a 21,00 horas.