Los representantes de empresarios, trabajadores y vecinos de Pontevedra lo tienen claro: Vigo tiene que seguir dependiendo administrativamente de la ciudad del Lérez y por tanto no puede tener el superdelegado de la Xunta que propone Alberto Núñez Feijóo. Las fuerzas sociales siguen así la postura adoptada por el bipartito municipal e instan al presidente electo a descartar un modelo que consideran como lesivo para los intereses de la capital. En toco caso, sólo aceptarían una figura subordinada a un encargado provincial ubicado en ésta.

La campaña electoral de Partido Popular incluyó la promesa de suprimir las delegaciones provinciales de las consellerías para, en su lugar, colocar un solo responsable del Ejecutivo en las cuatro capitales de provincia y otro en Vigo. Es ahora, a escasos días de que Feijóo empiece a gobernar, cuando la idea empieza a generar una gran contestación por parte de la sociedad pontevedresa, al ver la delegación olívica como un ataque directo a la condición administrativa de Pontevedra.

Una visión en la que coinciden los interlocutores de la ciudadanía, empresarios y sindicatos. La única concesión que permitirían sería la de que en la urbe del sur contasen con un político dependiente de Pontevedra. En caso de que no fuese así defenderían la creación del mismo cargo en el resto de las grandes ciudades gallegas que no son capitales de provincia, es decir, Ferrol y Santiago. Escudan su parecer en que sería injusto para estas localidades.

El presidente de la Cámara de Comercio, Ricardo Mirón, admite que personalmente este debate le “duele mucho”, e indica: “Pontevedra es la capital de la provincia de las Rías Baixas y hay que tenerla en cuenta”. Explicando su idea, agrega: “Si en algún sitio tiene que haber un superdelegado éste tiene que ser Pontevedra, en Vigo sería en todo caso un subdelegado que dependiese del de aquí, porque por el momento ésta es la capital y esperemos que siga siendo así por mucho tiempo”.

En la Asociación de Empresarios de la Pequeña y Mediana Empresa (Aempe) su máximo responsable no oculta su decepción por los planes que mantiene el futuro titular de la Xunta. “Evidentemente me parece mal la idea del presidente. Esto significa crear un nuevo mapa y si en todas las autonomías hicieran así el mapa de España sería totalmente diferente al de ahora”, critica. Continúa apoyando la oposición del bipartito a esta idea, diciendo que “ésta es la postura que tendrían que tener todos los partidos en la ciudad”, en clara alusión al PP.

Mientras, desde la representación de los trabajadores se muestran algo más distanciados de la polémica. “Se a división se fai por provincias o lóxico é que o principal delegado estea en Pontevedra e se algún día ten que estar en Vigo pois que vaia, como ocorre co Subdelegado do Goberno, que ten alí unha oficina”, valora el secretario comarcal de la CIG, Rafael Iglesias. Asimismo, completa: “Somos partidarios de que a Administración estea o máis preto posible dos administrados, pero outra cousa é nomear a dous delegados. De todos os xeitos nós non imos abandeirar guerras localistas, porque nunca o fixemos”.

Por su parte, desde las representaciones vecinales creen que en el futuro esta decisión supondría una serie de perjuicios para Pontevedra. El portavoz de la asociación de Monte Porreiro, Mario Lago, que a finales de los 90 organizó una manifestación “procapitalidad” que congregó a más de 30.000 participantes para protestar por el traslado de parte de la Audiencia Provincial a Vigo, sostiene que la medida sería negativa. “Pontevedra es la capital y ha sido dejada en cuanto a dotaciones y servicios. Se pone la disculpa de que hay que acercar la Administración al ciudadano, pero parece que esto sólo vale en favor de Vigo u otras localidades. El superdelegado allí es negativo porque se lleva la parte administrativa, que es de lo que vive Pontevedra, y a largo plazo se arruinaría gran parte del trabajo de aquí”, defiende. Además, el ex dirigente de la Federación de Vecinos Castelao asegura que “sería un nuevo paso para trasladar la capitalidad a Vigo”.

Por último, su sucesor al frente de esta última agrupación, Verísimo Pazos, tampoco ve con buenos ojos que la novena capital de provincia menos poblada de España ceda poder administrativo al municipio sin ese rango más populoso de todo el Estado. “Si se le da a Vigo esta representación, que también se le dé al resto de las siete grandes ciudades gallegas que no son capital, incluso otra más para A Mariña lucense, por lejanía”. Además, cree que “lo que no puede ser es que se esté creando de tapado una quinta provincia”.