La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra acogió ayer un juicio contra R. P. M. quien estaba acusada de intentar matar a una compañera suya soldado en la base de la Brilat de Figueirido cuando ella también era militar y formaba parte de este destacamento. Los hechos se produjeron en octubre de 2007. La mujer, quien permanece en prisión preventiva desde el 17 de abril de 2008, aceptó una pena de tres años de internamiento en un centro psiquiátrico al reconocer ser autora de los hechos que se le imputaban.

La sentencia se dictará por conformidad ya que el fiscal estuvo de acuerdo en rebajar de 7 a 3 años la medida de internamiento que solicitaba ante la autoinculpación de la procesada.

Trastorno psiquiátrico

El Ministerio Público solicitaba la medida de internamiento en un centro psiquiátrico al quedar demostrado, según un informe pericial, que la mujer actuó con sus facultades intelectivas plenamente alteradas ya que padecía “un trastorno de ideas delirantes que determinó que tuviera totalmente alterado el juicio de la realidad”.

Los hechos se produjeron sobre las 11 horas del 30 de octubre de 2007 cuando R. P. M. se encontraba en la terraza del edificio del Cuartel General de la Base General Morillo de Figueirido con su compañera, a quien había pedido que le ayudase a retirar diversas sombrillas de la terraza. De repente, sacó un cuchillo de cocina del bolsillo lateral de su pantalón y se abalanzó sobre su compañera, la cual estaba de rodillas desenroscando una de las sombrillas, tirándola al suelo e iniciándose un forcejeo. La procesada reconoció que se situó encima de la víctima y que ésta empezó a gritar, tapándole la acusada la boca con su mano mientras trataba de clavarle el cuchillo que empuñaba con su mano derecha en el lado izquierdo de su cuerpo. En un momento del forcejeo, la víctima logró desplazar a la acusada y huir del lugar.

Como consecuencia de la agresión, según el informe del fiscal, la víctima sufrió una pequeña lesión en el labio superior y en la palma de la mano izquierda, traumatismo en el brazo derecho, lesiones en un hombro, crisis de ansiedad y trastorno adaptativo de los que tardó un mes en sanar. Hoy en día no le restan secuelas.

Ahora, una vez que la Audiencia Provincial dicte sentencia por conformidad deberán ser los médicos especialistas los que evalúen el estado mental de la acusada y decidan qué tipo de centro es el más adecuado para que la procesada cumpla la medida de internamiento.

El juicio se celebró ayer después de que fuera aplazado el pasado 17 de marzo debido a la maternidad de la abogada defensora de la acusada que ayer sí puso asistir a la vista.