Los malos augurios de los hoteleros de Pontevedra finalmente se han cumplido. La Semana Santa de 2009 ya está considerada como una de las más nefastas de entre los últimos años para sus intereses. Algo que sustentan esta pesimista visión sobre los datos de ocupación que se confirmaron ayer. De media más de 3 de cada 10 habitaciones disponibles estuvieron vacías durante este período vacacional y el índice de ocupación registró un brusco retroceso de veinte puntos porcentuales con respecto a 2008. Se quedó en un 68%.

La baja cantidad de reservas se achaca principalmente desde la Asociación de Hoteles de Pontevedra a la situación económica actual. Además, el presidente del colectivo y responsable del Hotel Dabarca, Bernardo Quinteiro, agrega que “si bien el tiempo no ha acompañado y ha podido afectar algo, no es un factor fundamental” en estos resultados.

Asimismo, desde la agrupación apuntan el comportamiento opuesto que se produjo durante la pasada semana en unos y otros establecimientos. De esta manera, “en esta media existe una desviación muy alta, puesto que hay hoteles que alcanzaron un 90% de ocupación y otros se quedaron por debajo del 40”. Los que contaron con más inquilinos fueron aquellos que se beneficiaron de la realización de citas deportivas en la ciudad. Por otra parte, los que peor tasa obtuvieron, según Quinteiro, fueron “los dedicados más puramente al turista tradicional”.

Precios inferiores

Sin embargo, los problemas de los empresarios van más allá de este descenso de las habitaciones ocupadas. Esta bajada se producen a pesar de que los precios ofertados no se correspondían con los de temporada alta, como es habitual en Semana Santa. “Los precios fueron inferiores de manera generalizada, por lo que nos podemos hacer una idea del descenso notorio del volumen de negocio global”, comenta el portavoz del colectivo, que agrupa a 13 hoteles del término pontevedrés.

Por otra parte, la reciente estadística lleva a pensar en que la situación durante los próximos meses tampoco será satisfactoria. “La Semana Santa suele ser un buen termómetro de cara a lo que ocurrirá en verano, por lo que la situación es ciertamente preocupante”, valora el hotelero. El sector dejó sin contratar a 50 trabajadores eventuales, como es habitual durante la Semana Santa, ante esta caída de turistas que pernoctaron en el municipio.