Hasta hace poco expresiones como “hacer la calle” eran directamente vinculadas a ejercer la prostitución pero la irrupción de las mafias que controlan la explotación sexual a estas mujeres y sus estrategias para esconder su “negocio” de la opinión pública han llevado a que la prestación de este tipo de servicios se ofertase, primero en clubs y ahora, cada vez más con más frecuencia, en pisos particulares.

Un informe elaborado por la Fiscalía Superior de Galicia así lo explica, en base a los datos de los que dispone la Policía Nacional y la Guardia Civil. En él se establece que “la presión policial sobre los clubes de alterne ha empujado a las redes a esconder sus ilícitas actividades y víctimas en pisos o casas de citas, lejos de los locales públicos, dificultando sobremanera tanto su detección como su eventual control administrativo”.

De esta forma, el informe destaca que también ha cambiado la percepción tradicional que relacionaba la prostitución con ambientes marginales y de pobreza, para mudar a “una casi permisividad de tal actividad que provoca un rejuvenecimiento de la edad media de los clientes de este tipo de servicios”. Si bien estas afirmaciones son válidas para toda la comunidad gallega, incluida la ciudad de Pontevedra, el informe del TSXG explica que la capital de la provincia es de las pocas ciudades en las que tiene “cierta incidencia” la prostitución llevada a cabo en la vía pública y más relacionada con mujeres en situación de marginalidad.

Este hecho, que “no es muy común en la actualidad en Galicia”, se mantiene en Pontevedra y, según el TSXG, se lleva a cabo mediante la “oferta directa por parte de algunas mujeres que suelen ser drogodependientes y utilizan este medio para obtener recursos económicos con los que poder afrontar los gastos que les supone el consumo de dichas sustancias”.

Localización

Estas actividades se llevan a cabo principalmente en dos zonas, según los informes de la Policía Nacional trasladados a la Fiscalía: la avenida de la Reina Victoria y en el Nudo de O Pino.

Según este documento, en el primer enclave se asientan mujeres de nacionalidad española, mientras que en el segundo “se ha detectado la presencia esporádica de mujeres extranjeras de nacionalidad nigeriana, brasileña y rumana, entre otras”.

El informe remitido por la Guardia Civil al TXSG no señala puntos en concreto de prostitución en la calle, aunque coincide con el de la Policía Nacional en el que son las “personas más desfavorecidas” las que se ven obligadas a prostituirse en vías urbanas y zonas verdes.

Asimismo, alcanzan la misma conclusión y explican que “esta última versión -de la prostitución- tiene escasa incidencia en la comunidad autónoma”. De hecho, señalan que en la demarcación de la Guardia Civil, en las zonas interurbanas, el “negocio” lo aglutinan las mafias que regentan los clubes de carretera “que en algunos casos han pasado de ser establecimientos pequeños a la categoría de auténticos complejos hosteleros”.

Afirman que el 80% de las mujeres que se prostituyen en Galicia en la demarcación del Instituto Armado lo hace en este tipo de clubes.