El gobierno local no quiere dejar pasar una nueva huelga de limpieza sin consecuencias para la concesionaria y por eso designará un funcionario cuya principal dedicación será vigilar el cumplimiento riguroso del contrato. El concejal Raimundo González Carballo calificó de “desmedido” el paro indefinido convocado por los trabajadores de la empresa Cespa, y consideró que la huelga no está suficientemente justificada.

El edil recordó que se trata de un conflicto social en la empresa, entre propietarios y asalariados, en el que el Concello no puede intervenir. Aún así, animó a las partes a resolver sus problemas laborales en el juzgado de lo social, para no perjudicar otra vez a los ciudadanos por un problema interno de la firma.

20 de abril

Los trabajadores de Cespa anunciaron que iniciarán el próximo 20 de abril su próxima huelga indefinida, en respuesta a la ruptura de negociaciones con la dirección. Justifican el paro en el supuesto incumplimiento de un punto de convenio, pero para el concejal responsable de este servicio, ese argumento no es más que una excusa. Esconde, aseguró, otra razón, que es el despido de un trabajador.

Incluso sobre el punto en que los trabajadores basan su protesta el problema es de “mera interpretación” -dijo González Carballo-, cuando además el resto del contrato se está cumpliendo. “Non deixa de ser una disculpa”, afirmó el concejal, para quién “o único motivo da folga é o despido dun traballador”, cuyas causas deberían dirimirse en los juzgados, reiteró.

Por otra parte, y al margen de que tenga razón la empresa o los trabajadores, éstos deberían acudir a otro tipo de movilizaciones para protestar por el despido, sin perjudicar a toda la ciudadanía de Pontevedra -argumentó González Carballo-, poniendo como ejemplos concentraciones, paros parciales o actos públicos. “Unha folga indefinida é en todo caso desmedida”, sentenció.

Raimundo González recordó que estos trabajadores ya amenazaron con una huelga el pasado verano y llegaron a realizar otra el año anterior, con lo que “os cidadáns empezan a estar un pouco cansos”.

Otro motivo de malestar en el gobierno local se debe a que sin llegar a la fecha de la huelga, el simple hecho de plantearla y de hablar sobre ella ya afecta al servicio. La recogida es peor, más lenta y se empieza a notar una actitud diferente por parte de los trabajadores, según explicó el concejal responsable del servicio.

El gobierno local espera que el conflicto se solucione sin llegar a la huelga ya prevista. Los trabajadores se manifestarán el 18 de abril (dos días antes de la huelga), ante la sede de la empresa. Aseguran que el desencadenante del nuevo conflicto laboral es el incumplimiento del convenio colectivo, el despido de un compañero que creen improcedente, el déficit de personal y la alteración de horarios en los turnos de domingos y festivos.

El gobierno local recuerda, por su parte, que las relaciones laborales de esta empresa nunca fueron “fluidas” por lo que anima a la firma a mejorar estas relaciones sin que tengan que sufrir las consecuencias los ciudadanos de Pontevedra.

Los trabajadores, por su parte, aseguraron al convocar la huelga que es Cespa la que les “aboca a tomar este medida extrema de presión”, y reiteran que el problema no son ellos sino la empresa. “En todos los municipios donde está Cespa hay huelga, las estadísticas hablan por sí solas y está claro que los conflictivos no somos nosotros sino la empresa”, afirmó el presidente del comité de empresa, Juan Carlos Corredoira, poniendo los ejemplos de Nigrán, Poio y Vilagarcía de Arousa.

Cespa finaliza la concesión del servicio en Pontevedra en el año 2011, fecha hasta la que se extendería el convenio colectivo. Cuenta con una plantilla de 124 trabajadores en Pontevedra.