Los peatones y las procesiones de Semana Santa podrán transitar por la avenida de Santa María, una vez que ayer se finalizó la capa de hormigón sobre las losas que cubren el foso defensivo de las Torres Arzobispales. El forjado será rápido, aseguran los técnicos, dado el buen tiempo. La estructura dispondrá de la solidez y las condiciones de seguridad necesarias para no entorpecer esta tradición religiosa.

En la tarde de ayer se acondicionó el pavimento de tierra en los dos laterales de la estructura prefabricada. La avenida de Santa María queda así con un firme uniforme y nivelado que, aunque provisional, a la espera del acabado definitivo con el enlosado en piedra, será transitable.

La teniente de alcalde, Teresa Casal, cerró ayer los detalles y el plan de obra con los técnicos municipales y los responsables de la empresa constructora, Varela Villamor.

Casal, que también mantuvo contactos con la junta coordinadora de la Semana Santa pontevedresa, volvió a destacar la “implicación y la profesionalidad” de la empresa en esta obra, acometiendo todos los trabajos “en un tiempo récord”.

Cubierta

La cubierta del foso se resolvió con 25 placas de hormigón prefabricadas, de 8,5 toneladas de peso y 13 metros de largo por 1,25 de ancho, apoyadas sobre unos estribos exteriores al muro y contramuro del hueco. La instalación de las losas se completó en una única jornada, en un operativo que sumó a las dificultades técnicas la coordinación con un operativo de tráfico para mover los camiones necesarios para transportarlas hasta la obra.

El foso acogerá el futuro Centro de Interpretación das Torres Arcebispais (Cita), un espacio multiúsos de vocación museística, que dispondrá de 725 metros cuadrados soterrados, y que rendirá homenaje a la historia y a lo que fue el edificio más alto e imponente de la antigua villa amurallada.