Decenas de alevines de trucha, de entre 10 y 15 centímetros de largo, fueron encontrados ayer muertos en el curso alto del río de Os Gafos a su paso por Bértola, en el municipio de Vilaboa. La aparición de estos numerosos peces sin vida coincidió con la detección de al menos dos vertidos contaminantes en distintos afluentes de este cauce fluvial.

Miembros del colectivo ecologista “Vaipolorío”, que desde hace 9 años trabaja para recuperar medioambientalmente el curso fluvial del río de Os Gafos, señalaron que el primero de los vertidos fue detectado por un caminante que dio la voz de alarma al 112 sobre las seis y media de la tarde de ayer.

Posteriormente, también se pusieron en contacto con el propio colectivo ecologista así como con Augas de Galicia y el Seprona de la Guardia Civil que ya investigan lo sucedido. En principio, varias personas siguieron el vertido a lo largo del curso del río hasta dar con su origen.Esta primera descarga tenía un color blancuzco y procedía de un pequeño afluente de Os Gafos, que en este punto recibe el nombre de río Toxal.

Una vez que remontaron este pequeño afluente determinaron el origen del vertido y se pudo comprobar que procedía de las inmediaciones de una zona de obras en la que se está construyendo una urbanización de chalés. Al parecer, se había estado realizando la prospección para un pozo de barrena y todo el lodo de color blanco resultante de esta operación había sido desviado hacia río, dando ese color blancuzco al agua.

Pese a que este era el vertido más llamativo y aparatoso por su color, los miembros de “Vaipolorío” sospechan que, sin embargo, no fue el que provocó la mortandad de las truchas que aparecieron muertas en el río.

Segundo vertido más letal

Los miembros del colectivo ecologista consideran que se produjo un segundo vertido en un punto superior del cauce fluvial. Al contrario que el anterior, este era incoloro pero con mayor mortandad para la fauna del río. Y es que la mayoría de las truchas muertas se encontraban mucho más arriba que el afluente en el que se produjo el primer vertido, en otro pequeño “regato” que desemboca en Os Gafos y que se llama río de Os Bois.

Está también ubicado en el términio municipal de Vilaboa, en los límites entre las parroquias de Bértola y Figueirido.

La zona que concentraba una mayor mortalidad de peces se prolongaba en una franja de 200 metros y el número de ejemplares muertos no se pudo contabilizar de forma exacta aunque se podría hablar de decenas de alevines fallecidos. Muchos de ellos también pudieron ser arrastrados por la corriente río abajo.

Río castigado

Desde “Vaipolorío” destacaron que la zona de Os Gafos que se vio afectada por estos dos vertidos es precisamente la misma en la que se decretó una veda durante 3 años debido a la mortalidad que causó sobre la fauna fluvial otra descarga contaminante. Recuerdan que se lleva actuando durante años para mejorar la salud de este río, un trabajo que se puede venir abajo debido a este tipo de agresiones medioambientales.

Tanto el Seprona como Augas de Galicia tomaron muestra de las aguas y analizan la causa de la mortalidad de estos peces en Os Gafos.