Los atletas pontevedreses Gustavo Dacal, Josechu Roel y Martín Brea se disponían ayer a disfrutar de una tranquila mañana de pesca submarina en la playa de Major, en Sanxenxo, cuando de la forma más inesperada se convirtieron en los protagonistas de un rescate marítimo. Nada más entrar en el agua, sobre las 10.00 horas, los deportistas se vieron sorprendidos por un intenso oleaje que provocó que la embarcación de un marinero que se encontraba a unos 25 metros de distancia volcase al recibir un golpe de mar lateral.

El jabalinista, Gustavo Dacal, que se encontraba en ese momento sumergido en el agua, salió alertado por el gran ruido que provocó el impacto de la lancha. "Naquel instante acompañábame Josechu, pero a auga levoulle as gafas, así que foi ó coche a buscar outras. Nese intre as ondas foron aumentando de tamaño e de repente xa vin un bote virado e a un home sangrando, amarrado a el. O mariñeiro pedía axuda", relata el deportista. Sin titubear el joven cogió su boya y se dirigió hacia el náufrago. "Fun nadando cara a el cunha boia e díxenlle ó home que se agarrara a ela. Aínda que levaba un bo equipo, costoume moito sacalo. O home estaba empeñado en volver atrás para recuperar o barco", continúa Dacal.

Mientras su compañero sacaba a la víctima del agua, Josechu Roel alertó a 112 Emerxencias y abrigó al herido con su propia ropa. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron la Policía Local y el 061, que trasladó al náufrago, al Centro de Salud de Baltar. El marinero de 42 años, que responde a las iniciales N.S.A. y es vecino de Sanxenxo, presentaba una brecha en la ceja por el impacto con la embarcación.

Unas horas después del incidente, los protagonistas comentaban lo largo que se le hizo el rescate. "Todo isto debeu pasar nuns dez minutos, pero a min parecéronme unha eternidade", señaló Gustavo Dacal, quien añadió que el marinero se encontraba en estado de shock y no razonaba ante las indicaciones de los atletas.

A pesar de que los tres buzos ya son veteranos en la pesca submarina, reconocieron que ayer el comportamiento del mar los cogió desprevenidos. "O estado do mar sorprendeunos a todos porque cando entramos na auga había ondas dun tamaño razoable, pero de repente viñeron varias ondas seguidas que eran xigantescas", explicó Martín Brea, quien a pesar de estar más cerca del herido no pudo acudir en su ayuda. "Non puiden participar no rescate porque o meu equipo tiña aletas bastante máis pequenas cás de Gustavo e non respondería. Bastante tiven con saír da auga", relató el deportista.

Los protagonistas de la hazaña coincidieron al señalar que, de no ser por su intervención, el náufrago no podría ponerse a salvo. "O mariñeiro tivo a sorte de que estabamos nós alí porque co traxe e as botas de auga que levaba e o nervioso que estaba, ía ter moi complicado saír a flote", concluyó Brea.