Cada mañana es una odisea coger el coche e incluso salir de casa. El frío no cesa y las placas de hielo en la calzada ya se mantienen de un día para otro, sobre todo en las zonas más sombrías, y las toneladas de sal que se esparcen por las carreteras apenas sirvan para permitir la circulación. Resbalones, caídas, salidas de vía, y, sobre todo frío, mucho frío, que ya se acumula desde hace días. Aunque no se trata de las jornadas con las temperaturas más bajas del año (ese récord corresponde al pasado 2 de diciembre), sí comienzan a acumularse días tras días con el mercurio congelado. Los gorros, las bufandas y los guantes ya dejan de hacer efecto.

Los datos facilitados ayer por MeteoGalicia señalan que la estación meteorológica de Lourizán registró ayer una cifra mínima de 0,14 grados bajo cero (el 2 de diciembre se llegó a 0,46 grados negativos), pero esa misma temperatura es la del día anterior, Navidad, y similar a otras de la semana. Más acusado es el caso de Rebordelo, en Cotobade, donde se bajó hasta los menos 3,8 grados. En todo caso, todos estos valores quedan aún lejos de la temperatura más baja registrada ayer en toda la provincia: los 6,2 bajo cero de Mouriscade, en Lalín. Resulta llamativo, por otro lado, que la estación del Castrove presentaba una temperatura mucho más suave que su entorno, al no bajar el termómetro de los 5 grados en todo el día de ayer.

Toneladas de sal

Con este ambiente polar, los servicios de emergencia y mantenimiento tienen que multiplicarse para atender las decenas de llamadas de accidentes y caídas, arrojar sal por doquier, y responder al "ambiente hostil" del termómetro. En el caso de la ciudad de la ciudad de Pontevedra, la Policía Local dio instrucciones ayer a la empresa Cespa, encargada del servicio de limpieza, para arrojar sal, contra las capas de hielo, en un sinfín de calles y carreteras del casco urbano, sobre todo en las proximidades del río Lérez, y el rural: plaza de Valentín García Escudero, Barón, Galera, en el cruce con la avenida del Uruguay, Buenos Aires con José Malvar, uno de los ramales de la PO-10, cerca del nudo de O_Pino, en Vigario (Cerponzóns) -donde varios coches apenas podía circular por una placa de hielo- y en Pontesampaio.

Los avisos por hielo y calzadas resbaladizas también llegaron desde Barro, donde estaba afectada la carretera provincial entre Portela y Portas, en Salcedo, con el vial que conduce a Marín muy peligroso, e incluso en la vía de O_Salnés a su paso por Sanxenxo.