Concello y Xunta se habían comprometido a iniciar la obra este año y lo cumplieron por los pelos. La conselleira de Política Territorial, María Xosé Caride, y el alcalde de Pontevedra, Miguel Lores, pusieron ayer la primera piedra del futuro puente de As Correntes, entre las avenidas de Domingo Fontán y Uruguay. Será una obra "fundamental para mellorar a accesibilidade e as comunicacións entre as dúas partes do río Lérez" -afirmó la conselleira- y "conciliará o tráfico de vehículos máis o de peóns e as bicicletas, e mellorará a mobilidade de tódolos cidadáns", dijo Caride.

La conselleira se encargó de dejar claro que aunque su departamento sufraga la mitad del coste de la obra (con tres millones de euros) será el Concello el responsable de ejecutarla.

El alcalde Lores subrayó que esta infraestructura, que deberá estar terminada en el plazo de dos años, mejorará las comunicaciones perimetrales de la ciudad y sus accesos.

Proyecto

La estructura "iniciada" ayer será construida por la Unión Temporal de Empresas Sercoysa-Atlántica-Ogensa. Será una vía de doble calzada para vehículos (cuatro carriles), con dos pasarelas peatonales externas, todo ello sostenido con una doble arcada con celosía. El puente unirá las avenidas de Uruguay y Domingo Fontán, desde la desembocadura del río Rons hasta la rotonda de Galera, en las inmediaciones de Club Náutico.

Sus arcos se levantan diez metros de altura sobre el río e incluye dos grandes rotondas a cada extremo del puente.

En los pasos inferiores para peatones y bicicletas (accesibles mediante pasarelas) se instalarán unas mamparas de vidrio, como las que se usan en acuarios y otras grandes estructuras subacuáticas, que harán transitable el paso durante las mareas vivas.

Los paneles de vidrio son impermeables y contendrán el agua a ambos lados de las pasarelas. Además, estos pasos inferiores tendrán iluminación natural gracias a las aperturas realizadas en el centro de las rotondas.

El puente tendrá una altura de unos tres metros sobre el nivel del agua, de modo que permitirá el paso de piragüistas y pequeñas embarcaciones de recreo, pero no de barcos de mayor calado.

El proyecto está valorado en seis millones de euros, financiados en un 50% por Xunta y Concello, que prevé inaugurar la obra en el año 2010.

Una de las cualidades de esta estructura es que los voladizos para viandantes y ciclistas permiten una visión tanto del río como de la ciudad a resguardo de los vehículos, ya que las calzadas están separadas de las pasarelas peatonales. En el proyecto se ha tenido en cuenta la visión de la basílica de Santa María desde el puente. "Es uno de los pocos lugares desde donde aún se percibe su presencia desde el borde fluvial", apuntó el comité de expertos en su selección previa.

Nueve puentes

El nuevo puente vendrá a sumarse a los de O Burgo, A Barca, Santiago y puente de los Tirantes, como principales accesos rodados a la ciudad. Además del viaducto del tren en Monte Porreiro, el puente de la autopista y la pasarela peatonal de A Illa das Esculturas, están en marcha además otros dos nuevos puentes, uno proyectado por la Diputación de Pontevedra entre Lérez y Monte Porreiro, como nuevo acceso a Montecelo, y otro ferroviario, para el AVE, que será una estructura paralela al actual. Así, en los próximos años serán nueve los puentes que crucen el Lérez en el casco urbano de Pontevedra.

La estructura permitirá descongestionar A_Barca y O Burgo, dando servicio a unos 20.000 vehículos diarios, según explicaron conselleira y alcalde. En ella confluyen además los tráficos de la autopista AP-9 que se incorporan a la ciudad, los de las carreteras de Vilagarcía, de Sanxenxo y O_Grove, así como el acceso a Poio.

En cuanto a datos técnicos, se trata de una calzada de catorce metros de ancho con cuatro carriles, una longitud entre estribos de 116 metros (dos metros y medio menos del ancho del río Lérez en ese punto), todo ello sustentado por dos arcos paralelos.

El proyecto definitivo es básicamente igual al que ganó el concurso, en agosto pasado, aunque se introdujeron ligeras variaciones para corregir fallos detectados durante el análisis exhaustivo del terreno. Así, las aceras laterales que discurrirán a cada lado del puente se separan de la estructura central, para alejarlas del tránsito rodado, y algunas de las pasarelas subterráneas previstas bajo las dos rotondas de los extremos se modificaron y cambiaron de emplazamiento para ajustarse a la orografía.