Los vecinos de José Torrado y de María del Carmen Barcala recibieron la trágica noticia con la llegada de los medios de comunicación. Ninguno de ellos se alertó durante la noche, y todos mostraron su asombro y su perplejidad al conocer los pormenores del suceso.

Ramón Outón y Marina Fariña regentan el establecimiento comercial más cercano al lugar del crimen, Viveiros Outón. La víctima era una clienta habitual y sólo tienen buenas palabras hacia ella. "Ela era marabillosa, unha rapaza moi faladoira. Viña moito por aquí, comprounos moitas cousas para o xardín. Esto é unha desgracia que nadie se esperaba", dice Marina.

Su marido apunta hacia los celos como posible causa del suceso. "Creo que tivo que ser por celos. Ela era guapa e moi elegante. Parece mentira, porque eran unha xente estupenda. As dúas nenas ían ó colexio. Él ten estado aquí tamén, pero era máis calado", relata Ramón.

Pocos les conocían bien

El fatal suceso no tuvo ningún testigo presencial. Los hijos de la pareja, que dormían en la misma casa, fueron los primeros en apercibirse de la tragedia, y los lugareños no supieron nada hasta la llegada al lugar de las fuerzas del orden.

Por otra parte, pocos eran los que tenían un trato cercano con la familia, que había comprado el terreno y no contaba con otras tierras en el lugar. Ramón Outón afirma que, pese a ello, se habían instalado allí como otro cualquiera. "Tiñan animales e moitas plantas. Mercaránme uns olivos hai pouco e tiñan un becerro e cabalos. Todos traballaban unidos", señala.

Dolores, que vive muy cerca de la casa, relata que "parecía una familia muy unida. Llevaban aquí muy poco tiempo, pero la imagen que daban era muy buena".

Loli tiene su vivienda a pocos metros del lugar de los hechos. La mujer no se explica lo sucedido, pues veía a los implicados como "una familia de bien. Ella trabajaba aquí cerca, él no lo sé, pero no me explico lo que ha podido sucederles".

Los miembros de la corporación municipal de Portas mostraron su asombro tras la reunión que organizó con urgencia el alcalde, Roberto Vázquez.

"Esto debe ser algo que está no aire, é unha epidemia. Non se explica como pode funcionar a cabeza dunha persoa para chegar hasta eses extremos. Parécenos increíble", comentaban los concejales en la entrada del edificio Consistorial.

El ambiente en la parroquia era muy sosegado a primeras horas de la mañana. Los vecinos no salían de su asombro ante la llegada de los medios de comunicación. La tranquilidad de Portas y de la parroquia de Romai se rompió en pedazos con este terrible episodio que muy pocos en el lugar se explican lo sucedido.

Una concentración silenciosa y una declaración oficial de repulsa tendrán lugar a la una de la tarde de hoy del ante del Concello.