La vigilancia vecinal "permanente" en la zona de obras de los montes de San Martiño se hizo efectiva desde ayer, un día después de la concentración que reunió a medio millar de personas ante la base de la Brilat. Los afectados por la franja de seguridad del cuartel y por los trabajos de desmonte, mantienen su intención de no permitir nuevos movimientos de tierra en el monte comunal. En la mañana de ayer un grupo de vecinos comprobó que los trabajos siguen parados en el lugar de A Armada, como les había prometido el responsable de Infraestructuras del Ejército.

La comisión vecinal llevó al monte a un técnico municipal, para verificar los trabajos que se han hecho hasta ahora en el perímetro del cuartel, en terrenos que los vecinos consideran de titularidad comunal. Con esta inspección tratan de lograr una intervención del Concello en el problema.

Estrategia

Por otra parte, el colectivo de afectados se propone "cambiar de estrategia" -explicó su portavoz, Fernando Pintos-, con la intención de que no se vuelvan a repetir los episodios violentos y de confrontación directa del pasado lunes. Para ello la comisión, integrada por comunidades de montes y asociaciones de vecinos de Salcedo, Postemirón, Figueirido y Vilaboa se reunirá el próximo viernes, con el objetivo de analizar lo ocurrido y buscar un camino distinto para solucionar el conflicto.

Los portavoces de los afectados proponen abrir cauces de diálogo y negociación con los responsables de los únicos problemas que les preocupan: la derogación del decreto que establece la franja de seguridad y la recuperación del monte comunal dañado con la creación de un campo de entrenamiento.

También esperan la respuesta oficial del Ministerio de Defensa a sus reivindicaciones, que el subdelegado provincial les prometió en un plazo de quince a veinte días.

Mientras tanto, la actividad de la comisión continúa. En la tarde de ayer, sus portavoces despacharon con el gabinete jurídico que les representa los términos del recurso contencioso-administrativo que el colectivo decidió presentar contra el decreto de Defensa; la recopilación de pruebas que demuestren que el monte en el que el Ejército realiza los polémicos trabajos son comunales y, en tercer lugar, las consecuencias de las identificaciones realizadas por la Subdelegación del Gobierno, tanto el día que los vecinos se adentraron en la zona de obras como en la concentración del pasado lunes. Respecto a éstas, Fernando Pintos afirmó que en la movilización sólo había cuatro personas desconocidas para los vecinos y que, en todo caso, "non fixeron máis barullo que nós, non se comportaron de xeito diferente a todos os que estabamos alí".

Pintos apunta que "é totalmente falso" que acudiese a la movilización grupos de personas ajenas a la reivindicación y que actuasen como provocadores.