Los vecinos de Vilaboa, Figueirido, Postemirón y Salcedo mantendrán todas sus movilizaciones al concluir sin acuerdo la reunión que mantuvieron ayer con un alto mando del Ejército, el teniente general Fernando Torres. Convocada para poner fin a un conflicto originado en la afección por el perímetro del cuartel de la Brilat sobre las propiedades privadas en esas parroquias, concluyó con "decepción" por parte de los civiles. Según estos el representante de Defensa únicamente admitió que la franja de seguridad se habría diseñado con errores y que se sopesaría su reducción. Mientras se decide o no llevar a cabo esto último, las obras ya iniciadas en los aledaños de las instalaciones continuarán y por consiguiente las medidas de presión de los habitantes de aquellas localidades.

La delegación de la institución militar acogió un encuentro en el que los portavoces de los afectados recordaron sus tres demandas. La principal, que se disminuya la extensión que abarca la línea imaginaria que rodearía el recinto para que deje de chocar con los inmuebles particulares. Además rechazan las obras que se están llevando a cabo y exigen que de continuarlas se hagan en otras ubicación "máis axeitada". Por último, quieren "respeto" en las relaciones entre militares y ciudadanos, puesto que se han quejado en varias ocasiones de sufrir un trato discriminatorio.

Los vecinos explicaron tras la cita con Torres que al menos se apuntó la posibilidad de estudiar esas demandas, si bien no se llegó a producir un compromiso en firme de realizarlas. "Viúselle algunha intención de facer unha nova medición e de visitar as obras que se están a facer, pero non garantiu que se chegase a facer nada, por iso saímos do encontró cunha certa decepción", apuntaba Fernando Pintos, miembro de la comisión de afectados.

No obstante, el alto mando llegado de Madrid sí que habría reconocido ciertos fallos en el momento en el que se establecieron las dimensiones del área reservada alrededor del cuartel. "Recoñece que no seu día non houbo unha medición correcta e que simplemente se atendeu a unha serie de cordeadas para delimitala, sen ter en conta as particularidades do entorno", afirma Pintos. De ahí la aceptación por parte del organismo para valorar una revisión de la polémica franja de seguridad.

De todos modos, en ningún caso se mostró favorable a que se derogue el decreto mediante el que se constituye dicho perímetro de seguridad. Tampoco a suspender el desarrollo de los trabajos que se están llevando a cabo en el entorno del complejo militar y que los vecinos proponer cambiar de sitio. "Hai 2,5 millóns de metros cadrados de monte, por que os teñen que facer onde máis nos molestan se hai sitios moito máis axeitados?", se cuestiona Pintos.

Ante la valoración negativa de esta reunión, los vecinos mantienen sus movilizaciones. La próxima será el lunes a las once de la mañana en la puerta del cuartel. "Será unha manifestación pacífica máis dentro deste conflicto, que vai durar moito", vaticina el representante vecinal.