El Ministerio de Igualdad calcula que entre 3.000 y 4.000 maltratadores son susceptibles de llevar dispositivos GPS de seguimiento. Por ello estudia la adquisición inmediata de estas pulseras, que podrían estar funcionando la próxima primavera. Tras el suceso ocurrido en Ponte Caldelas, en el que la señal del mecanismo no fue percibida por los funcionarios responsables del seguimiento y el agresor pudo matar a su novia, Igualdad está estudiando el "desarrollo tecnológico" de las pulseras GPS en busca de un sistema multialarma que pueda avisar de forma simultánea a los distintos dispositivos que se determinen, entre los que podría estar la Policía o incluso los familiares de la víctima.

Tal y como se aprobó en el Consejo de Ministros del pasado 21 de noviembre, el Ministerio de Igualdad ejecutará en 2009 un presupuesto de cinco millones de euros para la adquisición de brazaletes de localización que mantengan a los acusados por delitos de violencia de género alejados de sus presuntas víctimas durante el proceso judicial. Según el informe aprobado, además de la protección de la mujer, el objetivo es que ella tenga pruebas físicas si hay quebrantamientos de la orden de alejamiento.

En concreto, Igualdad calcula que "entre 3.000 y 4.000 personas" son susceptibles de acabar llevando estas pulseras, similares a las que ya están funcionando en la Comunidad de Madrid, y que conectan al agresor con la víctima de forma que no sólo le mantienen alejado de zonas físicas como el domicilio, sino que le impiden acercarse a su persona, tal como explicó el delegado del Gobierno para Violencia de Género, Miguel Lorente. Según dijo estos dispositivos podrían estar funcionando en abril o marzo de 2009.