A. S.  Pontevedra

El hermano de María del Rosario Peso, presuntamente asesinada a manos de Maximino Couto Durán en su vivienda de Tourón, en Ponte Caldelas, se mostraba ayer muy afectado por todo lo ocurrido en la tarde del sábado. Visiblemente emocionado, José Peso André contaba que, aunque hacía tiempo que no tenía relación con su hermana, se acercó a su casa en el mismo momento en que le avisaron de su fallecimiento. "No me atreví a entrar, pero según contó la Guardia Civil, fue golpeada con un objeto contundente en la nuca y se encontraba en medio de un gran charco de sangre. El asesino le colocó trapos en la boca, supongo que tendría miedo a que recuperara la consciencia y gritara. Los agentes tuvieron que acceder al bajo de la casa, donde se produjo el asesinato, a través de una ventana", explica.

Según fuentes vecinales, el asesinato se produjo sobre las tres de la tarde y fue un vecino quien dio la voz de alarma. "En el bar de Vilarchán me contaron que el agresor estuvo allí después de haber matado a mi hermana. Pidió un coñac y se mostraba bastante nervioso. Además, tenía sangre en la cara, pero los que estaban allí no le dieron importancia porque pensaron en que sería de algún animal", continúa el hermano de la víctima

María del Rosario era viuda y no tenía hijos. Su relación con sus tres hermanos y familiares siempre fue cordial hasta que se rompió hace unos cuatro años, en el momento en el que se trasladó a vivir con el agresor a Ponte Caldelas. "Nosotros le advertimos de que ese hombre no le convenía y era una mala persona, pero no nos hizo caso. Poco a poco fue apartándola de toda su familia y se quedaron prácticamente solos. Eran muy reservados", señala una de las sobrinas de la víctima.

Los familiares de la fallecida no tienen constancia de que la pareja tuviera problemas y aparentemente llevaban una vida normal. "Cuando Maximino tenía permisos siempre venía a casa y ella también le visitaba en la cárcel cada vez que podía", continúa la sobrina.

Sin embargo, conocen la personalidad conflictiva del maltratador. "Tuvo varios problemas con los vecinos porque tenía un perro que mataba las ovejas y la gente le llamaba la atención, pero él hacía caso omiso de todo. Fue un auténtico sinvergüenza", explica José Peso.

Escasa relación

Tampoco los vecinos de Tourón, saben mucho de la vida familiar de la pareja. "Todo lo que sabemos es por oídas porque esta gente vivía en su mundo y apenas hablaban con nadie", comentaban en uno de los bares del pueblo.

Los vecinos de Mourente se sentían amenazados

Varios vecinos de Mourente aseguraron ayer sentirse amenazados por el maltratador. "A muchos nos tenía rabia porque la hermana había pasado por el pueblo un documento para recoger firmas para solicitar la reducción de la pena de cárcel de Maximino y no quisimos firmar", comenta una de las residentes en la zona, que se manifestaba muy preocupada por el estado de los dos vecinos agredidos.

La tragedia tampoco les resultó demasiado sorprendente. "Esto era algo que se veía venir y estaba claro que pretendía hacer una masacre. Es un auténtico criminal, hasta el punto de que traía un cinto lleno de cuchillos y llegó a perseguir a la hija de nuestros vecinos con un trozo de botella roto", señalan.

Un buen susto también se lo llevaron los rumanos que residen en la buhardilla que el agresor les había alquilado en su casa. "Cuando lo vieron entrar todo ensangrentado en la vivienda de Herminia se subieron todos al tejado", concluyen.