"O presidente Touriño prometeu traballar ao lado do sector mariñeiro, aprendendo do sector mariñeiro", recordó el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Pontevedra, Miguel Pazos, para instar al gobierno de la Xunta a "preocuparse" por los proyectos de ampliación del puerto de Marín. El pósito de Pontevedra, con el de Lourizán y Raxó (las tres agrupaciones de la ría), denuncian un nuevo plan de crecimiento del muelle comercial de Marín, que supondrá un relleno de 24.000 metros cuadrados en la entrada de la ría.

Es una superficie pequeña en comparación con lo que ya se ha rellenado -admiten los portavoces de las cofradías-, pero supone un paso más hacia la "destrucción" de la riqueza natural y productiva de la ría, que en estos momentos da empleo estable a un millar de personas entre mariscadores a pie, a flote, embarcaciones y lonja.

Las tres cofradías de la ría, con la colaboración de la Asociación pola Defensa da Ría (APDR) han presentado alegaciones al Ministerio de Medio Ambiente para tratar de detener la nueva ampliación proyectada, aunque sin muchas esperanzas de ser tenidos en cuenta. "Como é un proxecto de interés xeral do Estado non nos farán caso, pero nos queda o dereito ao pataleo", apuntó el patrón mayor de Pontevedra, al recordar que las cofradías se opusieron de igual forma a anteriores rellenos del puerto que finalmente se ejecutaron.

Tanto el responsable de la cofradía de Pontevedra como la patrona mayor de Lourizán, María del Carmen Vázquez Nores, el titular del pósito de Raxó, Ramón Portela Carballa, y el vicepresidente de la APDR, Benito Andrade, aseguran que las sucesivas ampliaciones del puerto que se vienen realizando desde 1995, están alterando gravemente la línea de la costa y en consecuencia las mareas, las sedimentaciones de sus fondos y, al final, la actividad pesquera y marisquera de la que viven directamente mil familias de la comarca, y muchas más a través de empleo indirecto.

El nuevo plan de la Autoridad Portuaria está en fase de exposición pública del estudio de impacto ambiental. Supondría un nuevo relleno a incorporar a los ya realizados en la zona de Placeres, que se adentraría 80 metros hacia el interior de la ría, en un muelle de 300 metros de ancho y 24.000 metros cuadrados de superficie. Además la obra implica un dragado de 15 metros de profundidad para la entrada de barcos. "Falta pouco para poder pasar andando dun lado a outro da ría", ironizó Pazos.