Un 41% de las mujeres maltratadas tiene menos de 30 años y un 21% menos de 25. Son dos datos que hablan de la preocupante violencia machista entre los jóvenes, una situación "alarmante", como reconocieron la concejala de Servicios Sociais, Margarita Castejón, y la responsable del Centro de Información e Atención á Muller (CIAM) de Pontevedra, Rosa Campos, al presentar la memoria anual de violencia de género. Ambas insistieron en que estos porcentajes indican en realidad "que se están reproduciendo pautas negativas en las jóvenes generaciones, de ahí que consideremos prioritaria la intervención durante todo el año en colegios y con las familias".

Con los jóvenes, preocupa a los Servicios Sociales la situación de las mujeres inmigrantes. Representan aproximadamente el 30% del total de consultas en el CIAM, pero su situación de vulnerabilidad es mayor ya que muchas carecen de documentación y optan por no pedir ayuda ante el temor a que eso suponga llamar la atención de las autoridades.

Su vida se complica aún más al carecer de una red de apoyo familiar o social o por pertenecer a sociedades de origen en las que el papel femenino "es secundario y supeditado al varón, situaciones que ya se han superado en España", precisa Margarita Castejón.

En el último año (desde mediados de noviembre de 2007 al pasado día 15) el CIAM atendió un total de 127 casos relacionados con los malos tratos.

De ellos en 63 casos la mujer estaba sufriendo maltrato físico y tras consultar con los profesionales del CIAM un total de 49 presentaron denuncias, mientras que en otros 14 casos prefirieron no solicitar este tipo de defensa.

Por lo que respecta al maltrato psicológico, se registraron 53 casos, de los que se denunciaron 23.

La psicóloga Rosa Campos recordó en todo caso que la línea entre el maltrato físico y el psicológico es muy tenue. A efectos de contabilización, se distinguen por la existencia de marcas físicas "que poidan dar maior credibilidade á muller".

La memoria del CIAM también incluye otras formas de violencia, por ejemplo dos casos de malos tratos entre hermanos y tres agresiones sexuales de padres a hijas.

Estos tres últimos casos fueron denunciados. Por el contrario, también se registraron cuatro situaciones de malos tratos de hijos a madres y otros dos por parte de otros allegados, pero no consta que acabasen finalmente en el juzgado.

Desde principios de esta década el número de casos atendidos por el CIAM no ha dejado de incrementarse y, de hecho, hoy son más del doble de los registrados en el año 2002.

En ese momento se identificaron 60 situaciones de riesgo en Pontevedra (casos de malos tratos, violaciones, abusos, acoso etc), que no han dejado de crecer hasta los 127 del pasado año, dieciocho más que en 2007 y más del doble que hace seis años.

La media de edad de la mujer que solicita ayuda al CIAM es de 34 años, si bien el centro recibe consultas de personas entre 15 y 72 años, ya que la violencia doméstica es un fenómeno que afecta a todas las capas sociales y edades. Rosa Campos reiteró ayer su llamada a todas las mujeres que se encuentren en este tipo de situaciones "a que acudan al centro y lo pongan en conocimiento de los profesionales".

En este año la violencia machista se ha cobrado la vida de 57 mujeres en España. Del total de agresores, 34 eran españoles y 23 extranjeros, mientras que las víctimas eran 31 españolas y 26 procedían de otros países.

La concejala de Servicios Sociais recordó que a día de hoy hay más de 80.000 condenas a maltratadores en España, "no son, por tanto, hechos aislados".

Con todo, Margarita Castejón quiso lanzar un mensaje positivo y recordó que la violencia machista es hoy una preocupación prioritaria para las instituciones. "Estamos ante una revolución social que confío en que nos sirva para erradicar estos casos", manifestó.

Campaña del 25-N

Las cifras sobre violencia de género se dieron a conocer coincidiendo con la presentación de la campaña del 25-N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Al planificar estas acciones, el concello reconoce que echó la vista atrás "y nos encontramos con que los lemas que hemos empleado en estos últimos años siguen plenamente vigentes: sigue siendo necesario decirles a las víctimas que hablen, que no aguanten más, sigue siento necesario preguntarse cuántas más tienen que morir, sigue siendo necesario decir a las víctimas "habla, no aguantes más", hay que seguir diciendo a los maltratadores que tienen un problema, que se quiten la máscara y pidan ayuda".

A mayores, advierten que eliminar la violencia machista ha de ser un empeño cotidiano, por lo que este año la publicidad se hace en objetos de uso común: se repartirán calendarios con los lemas de campañas anteriores o alfombrillas para el ordenador. El objetivo: recordar a diario que al final la paciencia y la razón pueden más que la fuerza y la violencia.