El Gobierno gallego admitió ayer que el perímetro de seguridad de la Brilat "no va a producir más que alguna incomodidad" a los vecinos afectados, derivada de la obligación de realizar una "solicitud previa" para remodelar sus viviendas o talar árboles. Así lo afirmó el secretario xeral de la Consellería de Presidencia, Santiago Roura, durante su comparecencia en la comisión parlamentaria de Ordenación Territorial, en la que denunció el "problema social" originado a "cientos de vecinos" de Vilaboa, Pontevedra y Marín.

El portavoz nacionalista, Bieito Lobeira, exigió a la Xunta una actitud "clara y firme" ante Defensa como "defensor de los derechos vecinales en juego". Según señaló, el perímetro de 300 metros que rodeará la base General Morillo obligará a "pedir permiso" en Madrid hasta "para cambiar el tejado" a los propietarios de unas 180 viviendas. Asimismo reprochó que a esta zona sólo podrán acceder los lugareños, de forma que, a su juicio, "el butanero" o "un albañil" no podrán llegar a los domicilios.

"Se permitirán las obras"

El representante de Presidencia consideró "plenamente legítima" la preocupación de los vecinos, aunque aseguró que las consecuencias del perímetro "no son tan motivadas como fundadas en hechos reales" dado que, como añadió, Defensa se ha comprometido a "autorizar" los trabajos de adaptación de viviendas y otros usos forestales. Así, Roura reiteró el respaldo de la Xunta al ministerio al recordar la "voluntad de absoluto diálogo" trasladada por Chacón y "reconocida" en el Congreso, como matizó a Lobeira, por la diputada del BNG, Olaia Fernández Davila, a finales de octubre. "Va a permitir que se realicen todas esas pequeñas obras necesarias y a hacer posibles aprovechamientos forestales", expuso, para añadir que la "preocupación" expresada por el BNG o los vecinos no se traducirá en "una vida más incómoda de que la que hay en la zona".

El secretario xeral de Presidencia defendió la "tremenda importancia" de la base General Morillo y exaltó la "encomiable" labor de la Brilat "lejos de esta tierra", lo que le llevó a justificar su necesidad de disponer de un perímetro de seguridad para unas instalaciones de "dimensiones importantes". En esta línea, Roura añadió, además, que el perímetro "protege a la instalación militar y a los vecinos que llevan conviviendo con ella pacíficamente". Esta afirmación motivó una respuesta irónica de Lobeira, quien señaló que "a cualquier vecino al que le entran en la propiedad comandos armados le entra miedo". Sin embargo, Roura precisó sus palabras y señaló que la seguridad del perímetro responde a una cuestión vinculada al "material" que se encuentra en la base.

El parlamentario nacionalista lamentó, por su parte, que "el BNG tenga más eco en los acuerdos plenarios de Madrid que en el propio país", en relación a la aprobación unánime de la moción en el Congreso. No obstante, Lobeira insistió a Roura para que la Xunta solicite la redefinición de ese perímetro a Defensa. "Hay posibilidades de modificar esto", reiteró.

Roura replicó que la propia Fernández Davila agradeció la "información" y "disposición en todo momento al diálogo" de "su ministra". Asimismo señaló que los propios vecinos "han asumido la existencia de ese perímetro". Por ello insistió en que Chacón garantizó "la mayor de las voluntades" para "poner fin" a cualquier problema que "surja" en la "vida diaria de la base". No obstante, Roura zanjó la cuestión al señalar con rotundidad que si el problema "es la presencia de la base en Figueirido, ese es otro debate".