"La justicia es como la serpiente, sólo muerde a quien va descalzo". La idea que expresa esta famosa frase de Eduardo Galeano, fue repetida de varias maneras por los amigos y familiares que ayer acompañaron a María Isabel Crespo Meis en el desalojo de su casa.

"Todo ciudadano tiene derecho a una vivienda digna y esta es la única que tenemos, ¿donde queréis que vivamos?" gritaba el hermano de la mujer afectada a los funcionarios que ejecutaban la orden judicial.

El desahucio de María Isabel Crespo Meis y su hija del domicilio familiar, generó ayer una gran crispación social en el barrio. Se inició a las diez de la mañana en el número 98 de la calle Rosalía de Castro, pero en minutos se extendió por todo el vecindario de Mollabao y A_Chamusca.

Numerosos vecinos, amigos y parientes de la afectada se acercaron a la casa donde viven Isabel Crespo y su hija, para tratar de defenderla de lo que todos creían una gran injusticia.

"Que lle vaian a cobrar ao marido!, Que culpa ten ela? É así como defendedes a unha muller que ten que sacar adiante á súa nena?", gritaba desde la calle una vecina, mientras los agentes de Policía se esforzaban en romper las cadenas que débilmente unían a Isabel Crespo con su vivienda.

"La ley es para los ricos, los pobres no tenemos derechos", fue otro de los gritos que se distinguieron entre la multitud reunida en torno a la casa.

"¡Mamá, resiste!"

En el interior, mientras se producía un largo y violento forcejeo para tratar de expulsar a María Isabel y a su hermana, en el baño la pequeña sobrina de la afectada lloraba y preguntaba angustiada a un familiar "¿se va a morir la tía?". La escena del desalojo fue especialmente traumática para los niños de la familia que lo presenciaron.

En medio de la violenta refriega con la que los agentes de Policía reducían las fuerzas de Isabel, su hija, con 13 años de edad, demostraba su coraje: "¡Mamá resiste, es nuestra casa!", le gritó en varias ocasiones.

Vecinos y familiares concentrados en la calle se afanaban en facilitar en todo momento la labor de los muchos informadores convocados en el lugar. "¡Que vea toda España lo que estáis haciendo. Esto es una injusticia!", gritaban. Y a última hora de la tarde el efecto de los medios de comunicación empezaba a dar sus primeros frutos. Al salir del hospital, donde fue atendida de múltiples magulladuras y de una crisis nerviosa, Isabel Crespo Meis aseguraba que el promotor que adquirió en subasta su vivienda no quería "sacarle beneficio a esta injusticia".

Según explicó Isabel Crespo, a última hora de la tarde este constructor le ofreció las nuevas llaves de la vivienda, para que se alojen ella y su hija mientras no se resuelve el proceso judicial.

Al parecer el nuevo propietario de la finca estaría incluso dispuesto a vendérsela a la misma afectada, para que pueda permanecer en ella.