Un muro de piedra perfectamente labrada, bajo el pavimento de la Avenida de Santa María, fue la sorpresa que ayer se encontraron los trabajadores que realizan las obras de reforma de esta calle. Se trata de la base de las Torres Arzobispales, una fortaleza del siglo XIII_que fue además residencia palaciega del arzobispo.

El muro está "perfectamente conservado", como destacó la concejala de Urbanismo, Teresa Casal, quien en su primera visita a la zona en compañía del arqueólogo municipal, Xoán Carlos Castro, ya anunció que el monumento será "visitable". Pasará a formar parte del "circuito arqueológico" que la concejala empezó a idear en cuanto aparecieron otros hallazgos en el subsuelo de la ciudad, descubiertos gracias a las obras de reforma urbana que avanzan por distintos barrios.

Retrasos

El hallazgo tiene también una consecuencia negativa. Las obras que el ayuntamiento preveía concluir e inaugurar el próximo mes, en las fiestas navideñas, se retrasarán considerablemente por los estudios arqueológicos y de posterior recuperación de los vestigios, que ahora comienzan.

Lo que se ha encontrado hasta ahora es un muro de sillería y una esquina perfectamente labrados del palacio arzobispal, pero por los datos que se tienen de esta construcción (derrumbada en 1873) se espera descubrir a continuación una de las puertas de acceso.

"Garantías de éxito"

El arqueólogo municipal, Xoán Carlos Castro, vaticinó "garantías de éxito" en el monumento que se sacará a la luz en los próximos días. Castro destacó su "carácter monumental" y el buen estado de conservación en que se encuentra. "Non esperabamos tanta calidade, é máis do que agardabamos atopar, será o achádego máis monumental da cidade", añadió el arqueólogo, quién también destacó la altura de la pared encontrada.

Los muros del palacio arzobispal imponen también un replanteo de las canalizaciones de agua y del saneamiento. Precisamente fue la instalación de estas tuberías lo que sacó a la luz el hallazgo, porque se dirigían directamente hacia el muro de la fortaleza. Ahora, además de replantear la solución en superficie para la calle, habrá que variar también el recorrido de las canalizaciones, según explicó la concejala de Urbanismo, para separarlas de la estructura arqueológica.

La pared descubierta pertenece, según los técnicos, al borde intramuros del palacio-fortaleza. Desciende hasta una cota próxima a los cinco metros desde la superficie de la calle y se extiende a lo largo de avenida de Santa María, a pocos metros de la basílica, ante la actual sede del Patronato de Turismo Rías Baixas.

Al parecer, las otras construcciones de la zona, el Pazo das Mendoza, el geriátrico Santa María y el resto de edificios, se levantarían también sobre estos cimientos de la fortaleza arzobispal.