Desde que se inició el conflicto legal entre los vecinos de Vilaboa y los militares del cuartel de Figueirido, por la imposición de una franja de afección de 300 metros en el perímetro exterior de la base, el comportamiento de los soldados se ha vuelto más "intimidatorio" en las maniobras que realizan fuera del acuartelamiento. Lo afirman los vecinos de Vilaboa, principalmente del barrio de Postemirón.

Aquilino López, Manuel Salgado y Venancio Crespo son tres de los afectados por estas prácticas, que aseguran haber sido tratados de forma "abusiva" por los militares, al coincidir en sus tareas agrícolas con los ejercicios de los soldados.

"Entran fusil en man no medio do pobo, entre as casas, e se comportan como si todo fose deles", afirma Venancio Crespo, que denuncia que los militares, en medio de sus maniobras, no le permitieron salir de su propia casa conduciendo su tractor.

"Van con metralletas intimidando á xente, apuntando a un lado e a outro; é un abuso e unha inxustiza que non podemos tolerar", apunta Aquilino López.

Vial cortado

Manuel Salgado, también vecino de Postemirón, explica su caso: "Subía co coche cargado cuns sacos de pienso para os animais, me pararon e me tiveron detido durante moito tempo sin poder chegar á casa. Díxenlles que tiña presa porque teño á muller enferma e déulles igual, non me deixaron pasar porque tiñan órdenes. Non me parece forma de tratar á xente", protesta este vecino. Este vecino afirma que le imposibilitaron el acceso al camino de su casa con los vehículos blindados.

Asociación de vecinos

La intromisión de los soldados en el monte comunal, en las fincas particulares, e incluso en los viales públicos de la parroquia, ha sido motivo de queja en numerosas ocasiones por parte de la asociación de vecinos "Sagrado Corazón" de Postemirón. Así lo recuerda su secretario, Raimundo Veiga. "É habitual que entren correndo incluso nas propiedades privadas cando están de exercicios", explica este portavoz vecinal, quien sin embargo admite que en el colectivo no han recibido quejas sobre comportamientos "abusivos". La asociación de vecinos sí ha reclamado al Ejército la devolución de un vial "do que se apropiaron hai tempo", recuerda Veiga y que obliga a los vecinos a dar un rodeo importante. Se trata del vial que parte de Salcedo y pasa por la parte baja del cuartel hasta llegar a la carretera de Castiñeiras a la altura del Centro Reto. La asociación de vecinos ha reclamado en varias ocasiones la reapertura de este camino.

Alcalde

Otro motivo de queja de los vecinos de la zona son los trabajos de desmonte que los militares están realizando en el lugar de A_Armada. Temen que se produzcan corrimientos de tierra e inundaciones a consecuencia de estos trabajos que erosionan el monte.

El alcalde de Vilaboa, José Luis Poceiro, explicó que la carretera que comunica la N-550 con Castiñeiras, por Postemirón, no pertenece al Concello (ni a ninguna otra administración porque existe un vacío legal al respecto), por lo que los militares de la base de la Brilat no están obligados a pedir autorización para utilizarla.

El regidor socialista asume que el conflicto abierto por la franja de seguridad del cuartel, que afecta a las propiedades colindantes, ha enturbiado las relaciones de los vecinos con los militares. "Estamos preocupados por iso", admite el regidor.