Más de cien millones de inversión pública y privada, 2.776 viviendas protegidas construídas en los próximos nueve años, cerca de 170.000 metros cuadrados de zonas verdes, 81.500 para equipamientos y 1.731 plazas de aparcamiento. Son los grandes números del Plan Sectorial de Vivienda Protexida para el área de Pontevedra, un programa que presentaron ayer la conselleira de Vivenda, Teresa Táboas, y el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, a los concellos de la comarca, constructores y promotores, y que para el Gobierno gallego significa superar un modelo económico en el que la administración pública estaba ausente.

En lo que se denomina el área funcional de Pontevedra se han seleccionado seis bolsas de suelo "con criterios de integración social, sustentabilidade, mellora da calidade urbana e viabilidade económica, e tendo en conta que o Plan Sectorial da resposta ao 20% da demanda de vivienda prevista neste área de Pontevedra para o periodo 2009-2017", señaló Teresa Táboas.

Ésta detalló las localizaciones: en Pontevedra habrá cuatro bolsas de suelo en Ponte do Couto, Carballedo y Pasarón (zona en la que se localizarán dos); en Marín se ha selecionado una, Granxa, y en Bueu otra, Pedreira.

En las cuatro bolsas de suelo de Pontevedra se localizarán 2.026 viviendas protegidas o de precio limitado. La conselleira de Vivenda incidió especialmente en que debe superarse la vieja idea de la vivienda protegida "éstas son viviendas de alta calidade, están pensadas para niveis de renda de ata 3.300 euros por familia, o que significa que o 85% dos galegos son posibles adxudicatarios polo seu nivel de ingresos".

A mayores, en Ponte do Couto, Carballedo y Pasarón se reservarán 171.000 metros cuadrados para zonas verdes y equipamientos. En total, se prevé que en estas cuatro áreas se concentren más de 76,6 millones de euros de inversión pública y privada.

En A Granxa-Marín se edificarán 530 viviendas, a mayores de los 50.000 metros de superficie para zonas verdes y equipamientos, lo que da idea "da aposta altísima pola calidade", indicó Teresa Táboas, que recordó que en esta zona el sector público y privado invertirán 15,77 millones de euros.

Finalmente, en Pedreira-Bueu se levantarán 220 viviendas y la previsión es reservar 29.500 metros cuadrados para nuevas áreas verdes y otras dotaciones.

En la zona de Bueu Xunta y constructoras preven desembolsar 8,38 millones.

A propósito de esta colaboración entre la administración y el sector privado, Anxo Quintana aseguró en el debut del plan que "a actual crise non é casual, é fruto dun modelo económico que tentou convencernos de que o privado era bo e o público malo, que o mundo financiero funciona por sí so, que o mercado se autorregula". Ante el "fracaso estrepitoso" de ese sistema, abogó por "pular por un novo modelo, que estableza que o lugar do público é planificar, buscar obxectivos, alianzas sociais e poñer instrumentos institucionais para que o sector privado constrúa".

La titular del departamento autonómico de Vivenda considera que, en un escenario de crisis, el plan sectorial no sólo es una herramienta de ordenación del territorio (insistió en que "vai permitir obter solo con rapidez e a prezo razoable, para ofertalo ao sector privado con destino a vivenda protexida") y una forma de "hacer ciudad" sino una oportunidad para las familias y el conjunto de los ciudadanos, en particular para las rentas medidas "que queren acceder a unha vivenda sen que iso implique un esforzo superior ao 30% dos seus ingresos".

También lo señaló como una oportunidad para el sector empresarial "porque é evidente que a execución do plan sectorial contribuirá, sen dúbida, a xerar actividade económica e a manter moitos postos de traballo no sector da construcción".

Por su parte, el vicepresidente de la Xunta centró su discurso en la especulación que ha caracterizado al mercado de la vivienda español en los últimos años: "Escoitamos que todo se resolvería a través do mercado libre, que os constructores farían vivendas, os cidadáns escollerían e solucionado, pero nos últimos 8 anos o sector financieiro español multiplicou por dous a súa participación na economía produtiva e por dez a súa inversión no sector inmobiliario".

Recordó que en esos 8 años efectivamente aumentó el ritmo de construcción "pero tamén os prezos da vivenda medraron un 146% e os do solo un 240%. É a evidencia dun fracaso estrepitoso do modelo e con este plan queremos outro modelo".

Hasta en dos ocasiones aludió a la necesaria "complicidade" del sector privado para llevar a cabo el programa que el propio gobierno gallego califica de "nuclear" en su gestión.

Quintana presentó al Plan Sectorial de Vivenda como un instrumento pionero, "a primeira vez que Galiza usa unha fórmula urbanística de intervención pública: calificar para facer vivenda protexida en todos os concellos, mesmo nos que non teñen plan, porque se non hai solo non hai vivenda".

En total, está previsto calificar 8 millones de metros cuadrados para destinarlos a vivienda protegida. La idea es lograr así más de 45.000 nuevos pisos en el mercado gallego tras haber invertido más de 1.500 millones de euros, "aínda que o movemento económico é maior xa que se xenera traballo para todo o entramado empresarial, será en total un movemento superior a 4.600 millóns de euros e cunha carga de traballo para máis de 300.000 postos, porque a idea é neste esceario de crise manter esos traballos", añadió Quintana.

En general, Vicepresidencia y Vivenda encaran el plan como una intervención para agilizar la puesta en el mercado de suelo residencial con destino a vivienda protegida. El objetivo último es evitar en la medida de lo posible el proceso especulativo ligado a la vivienda.

A su llegada a Pontevedra, la titular de Vivenda y el vicepresidente fueron recibidos por vecinos de Marín afectados por el polígono de A Brea, a los que Táboas reiteró que la Xunta no ha previsto zona industrial alguna en este municipio. También expresaron su protesta afectados por la construcción de viviendas en A Raña (piden que no se derriben las edificaciones existentes) y por el Plan Vigo Íntegra.