Alrededor de diez kilómetros de longitud total, desde la variante de Marín, en Lourizán, hasta la carretera de Vilagarcía en Campañó, una anchura media máxima de sesenta metros, para permitir la implantación de cuarto carriles y viales de servicio laterales, y un presupuesto de 30 millones de euros como máximo en todas sus fases. Estas son las condiciones planteadas por el concello a la Consellería de Política Territorial para el diseño y definición de trazado de este futuro vial por el perímetro del casco urbano.

Con esas premisas, el departamento que dirige María José Caride ya encargó hace unas semanas la elaboración de una primera fase de ese trazado, junto con el estudio de impacto ambiental" para diseñar un "vial de alta capacidad" entre las carreteras de Vigo, al sur, y de Ourense, al este. Se trata de una obra con una concepción de "autovía urbana de cuatro carriles". Las empresas interesadas en elaborar este proyecto disponen hasta el 10 de noviembre para presentar sus ofertas y después contarán con un máximo de 18 meses para elaborar un posible trazado. El presupuesto de este contrato técnico es de 270.000 euros. Ese plazo de 18 meses ha sido considerado excesivo por el gobierno local, pero la conselleira sólo acepta su rebaja si hay "consenso social", es decir, no se producen movilizaciones vecinales, e incluso municipales, contra el proyecto elegido.

La principal novedad con respecto a planteamientos anteriores de la ronda figura en el hecho de que el concello ya ha presentado a Política Territorial una propuesta de prolongación de este vial por Tomeza, Salcedo y Lourizán, de modo que cruce por encima de la autopista y conecte con el tramo pontevedrés de la variante de Marín. En ninguno de los casos la ronda tendría conexiones con la AP-9, ante la negativa de Audasa a crear nuevos accesos en este vial. Sin embargo, el estudio en marcha actualmente se limita a un tramo central, de unos 4.000 metros de longitud que enlazaría la carretera de O Pino-Bora en las proximidades de O Marco, con la rotonda de Montecelo en la N-541 a Ourense. De hecho, la propia consellería señala que esta nuevo vial tiene el objetivo de "solucionar los tráficos periurbanos y conectar con el nuevo acceso al Hospital Montecelo".

Os Gafos y O Pino

Entre las recomendaciones que se plantean al equipo redactor se incluye, además de ser una "autovía urbana de cuatro carriles", que "se estudien de forma especial las zonas sensibles ambientalmente, en concreto los ríos Gafos y Pintos", y se coordine con el ADIF el paso del AVE y con Fomento la reforma del nudo de O Pino. No obstante, la unión entre O Marco y la carretera de Vigo (que es donde resultarían afectados esos ríos) no se incluye en la fase inicial que ahora impulsa la Xunta.

El presupuesto de 30 millones que el concello califica como "máximo" se basa en la concepción de una carretera convencional (aunque tenga cuarto carriles), sin ningún tipo de estructura compleja (salvo un puente sobre el río Lérez, previsiblemente en Mourente), lo que abarataría los costes. Sin embargo, no coincide con el programa económico inicial previsto por la consellería, que cifraba el posible gasto en unos 48 millones de euros.