El patrón mayor de la Cofradía de San Telmo de Pontevedra, Miguel Pazos, expresó ayer el malestar y las discrepancias de los pósitos del fondo de la Ría de Pontevedra con las conclusiones del informe de Greenpeace que atribuyen al banco marisquero de Lourizán niveles de mercurio por encima del máximo legal permitido.

El pasado miércoles, el colectivo ecologista Greenpeace presentaba, en Barcelona, un estudio que relacionaba la degradación y calidad medioambiental con la proximidad de la industria del cloro.

En el trabajo se destacaba que la actividad de Ence-Elnosa es uno de los principales factores de la contaminación química en zonas sensibles como el banco marisquero de Lourizan con altos niveles de mercurio en las aguas de la ría.

Alarmismo

Para Miguel Pazos, patrón mayor de San Telmo de Pontevedra, los resultados rozan el alarmismo y la imprecisión e insistió en que "nuestro trabajo es ecológico, siempre".

Según explicó Pazos, las conclusiones perjudican de forma severa la imagen y la confianza del consumidor en los productos extraídos en la Ría de Pontevedra. "Hace más daño que beneficio, ya que las cosas hay que decirlas en el marco preciso y si tienen niveles de mercurio, están por debajo de lo estipulado por ley y aptos para el consumo", aclaró.

Desde el sector extractivo, Miguel Pazos cree que hay que inyectar confianza en el consumidor de marisco, explicando que "el producto es analizado por el Intecmar y por las universidades como Coruña y Vigo y todas están al nivel del resto de las rías gallegas". Lamenta que ahora que se trabaja en la implantación de un punto de venta directo, se ofrezca una publicidad tan negativa del marisco de la ría.

Afirmó que "este tipo de informes desprestigian nuestro producto con medias verdades y medias mentiras".

Finalmente, Miguel Pazos recordó que la extracción del relojito no está autorizada por elevados niveles de plomo y, en el mismo caso, se encuentra la vieira por altos índices de toxina.

Según el informe del grupo ecologista análisis realizados por laboratorios de la organización en la Universidad de Exeter fijan en 1,5 miligramos el mercurio concentrado en cada kilo de sedimentos, cuando la normativa española autoriza una concentración máxima de 0,5 mg/kg.